RELIGIÓN
El Papa ya tiene el alta y no renunciará a su cargo
Por Alejandra Linares-Rivas2 min
Sociedad13-02-2005
El mundo está en vilo siempre que Karol Wojtyla cae enfermo. Se trata del mayor exponente de la Iglesia Católica y su delicado estado de salud preocupa, especialmente a sus fieles. A sus 84 años, las condiciones físicas del Papa hacen pensar a muchos que la Iglesia se tambalea a la par que su salud. Pero él se mantiene tan firme como al principio de su pontificado.
El jueves día 10 el Juan Pablo II durmió en su cama, en el Vaticano. Llevaba ingresado en el Policlínico Gemelli de Roma desde la noche del 1 de febrero, a consecuencia de una crisis respiratoria. El primer parte médico reveló que padecía una laringo-traqueítis aguda (una inflamación de garganta), que le había impedido respirar. Pero los días posteriores, los informes anunciaban la mejora progresiva del Santo Padre. Así, al regreso del Papa, el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, explicaba que el Pontífice "estudiará su agenda, escuchará a su médico y decidirá qué hacer." Navarro Valls declaró que el Santo Padre tenía intención de retomar las citas que había tenido que posponer. Pero matizó que, a pesar de todo, el trabajo de Juan Pablo II no se había interrumpido, porque durante su estancia en el hospital supervisó los asuntos que se le han planteado a través del secretario de Estado, Angelo Sodano. Los diez días de internamiento en el Policlínico reabrieron los debates sobre si Karol Wojtyla debería o no abandonar su posición al frente de la Iglesia. Sus constantes recaídas desde el año 2000 suscitan interrogantes. Una vez más, el teólogo contestatario suizo-alemán Hans Kueng, pidió en una entrevista la dimisión de Juan Pablo II. Él es uno de los que considera que la Iglesia está actualmente "tan senil como el Papa" y es necesario encontrar un sucesor que la "saque de esta miserable crisis, a la cual este Papa nos ha conducido detrás de un magnífico espejismo". La posibilidad de que un Papa renuncie está establecida en el Código de Derecho Canónico y para que sea válida se necesita que sea libre, a voz o por escrito. Pero el Santo Padre reiteró el pasado día 11 su intención de seguir en el puesto. Y defendió la complicada situación de su pontificado al afirmar que "si a los sufrimientos de Cristo unimos vuestras penas podéis convertiros en privilegiados cooperadores de la salvación de las almas, no es inútil vuestro sufrimiento".