SALUD
Sesenta farmacias catalanas dispensarán cannabis con fines terapéuticos
Por Alfredo López Zamora2 min
Sociedad31-01-2005
Cuatro hospitales catalanes y 60 oficinas farmacéuticas vinculadas a ellos serán los primeros en distribuir marihuana en España. Este es un proyecto piloto que surge de la propuesta lanzada en diciembre por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona (COFB) y que ya ha sido desarrollada en otros países como Holanda.
Las personas que podrán sumarse a esta medida son aquellas que tengan disfunciones derivadas de enfermedades como la escloriosis o el cáncer. Según ha afirmado el director general de Recursos Sanitarios de la Generalitat, Rafael Manzanera, se busca "combatir los vómitos que provoca la quimioterapia y los efectos de la anorexia de los afectados por el sida. También puede aliviar los dolores derivados de sintomatologías que no responden a pautas terapéuticas". Además, se quiere "dar respuesta a las personas que ya consumían cannabis para aliviar así ciertos síntomas sin ningún tipo de control", ratificó el vocal de drogodependencias del COFB, Rafael Borrás. Pese a que se prevé que el marihuana se empiece a aplicar antes del verano, el formato de las dosis aún es un misterio, se baraja la posibilidad de ofrecer las hojas trituradas en cápsulas o en infusiones de hierba cruda. Pese a que el tripartito catalán estudió la posibilidad de cultivar la planta a través de una universidad, siguiendo el ejemplo de Canadá, finalmente fue rechazado. Cuando se requiere cannabis en la actualidad se importa desde Gran Bretaña, trámite que está guiada por el propio oncólogo a través del Ministerio de Sanidad. Tras seis meses desde que esta iniciativa se implantara en Holanda el balance no es muy positivo. El principal problema al que se han enfrentado es la competencia, la cual ha hecho surgir plantaciones ilegales que ofrecen el producto a un menor precio. La dosis legal llega a situarse en los 50 euros, mientras que si proviene de plantaciones clandestinas la cifra no supera los 10 euros. Además, el número de pacientes que han solicitado este tratamiento han sido muchos menos de los esperados. Se estimaba que rondarían los 8.000 y no han llegado al millar. Según ha reconocido el portavoz de una de las empresas productoras, Tjalling Erkelens, "tenemos el agua al cuello, no aguantaremos mucho más tiempo así".