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Iraq se blinda ante las elecciones presidenciales

Por Miguel MartorellTiempo de lectura1 min
Internacional30-01-2005

Toque de queda desde las siete de la tarde, cierre de fronteras aéreas y terrestres, tráfico limitado a casos de extrema urgencia. El Gobierno iraquí estaba decidido a las elecciones presidenciales fueran un éxito, tras más de 50 años sin acudir a las urnas, incluso ofreciendo recompensas a aquellas personas que informen de posibles ataques de los insurgentes.

La amenaza de Al Zarqaui, líder de los rebeldes en Iraq, de tomar represalias y atentar contra todo aquel que acudiese a las urnas a votar en las elecciones presidenciales del domingo, provocó que todo el país se pusiera bajo la máxima alerta. Desde el pasado viernes, a partir de las siete de la tarde, las calles estaban desiertas por el toque de queda; el Gobierno cerró el Aeropuerto Internacional de Bagdad y las fronteras permanecieron selladas y vigiladas. Sin embargo, la violencia no cesó. El mismo día de las elecciones, domingo, una decena de atentados en el país dejó, al menos, 20 muertos. El miércoles pasado, el Ejército estadounidense sufría un duro golpe al estrellarse un helicóptero de transporte con 31 marines dentro. Un ataque en las proximidades de Bagdad mataba a otros cinco soldados. Y en la calle los atentados se cobraron la vida de más de 30 iraquíes. Pero el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que afirmó sin dilación que si el nuevo Gobierno iraquí lo pedía retiraría las tropas del país, puede apuntarse un nuevo tanto a su favor: la detención de Sami Mohamed Saïd al-Jaf, uno de los más sangrientos y mortales lugartenientes de Al Zarqaui, autor de más de 32 atentados, entre ellos, el realizado en la sede de la ONU en Bagdad.