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SUDÁN

Esperanza de paz después de más de veinte años de guerra en Sudán

Por Berta PardalTiempo de lectura1 min
Internacional16-01-2005

El Gobierno de Sudán y el grupo rebelde Ejército Popular de Liberación (EPLS), firmaron un acuerdo de paz el pasado día 9 en Kenia. Los desplazados y el respeto a los Derechos Humanos son prioritarios para las ONG.

Un tratado de paz que llega después de ocho años de negociaciones y que tiene como objetivo terminar con una guerra civil de 21 años y que deja tras de sí millones de víctimas y desplazados que, de momento, continúan en campos de refugiados. Pese al resquicio de esperanza, el tratado no contempla Darfur, que está en manos rebeldes desde febrero de 2003. La fractura político-religiosa entre norte y sur viene de largo. A finales del siglo XIX, los gobiernos británico y egipcio acordaron compartir la soberanía del país. El norte quedaba así en manos de los británicos mientras el sur en las de los barones, un grupo de funcionarios civiles. Desde entonces, las insurrecciones han sido frecuentes. Antes de que Sudán se declarara independiente, en el año 1955, hubo movilizaciones y protestas en el sur, su situación de decadencia era insostenible. En la región sudanesa de Darfur aún continúa la crisis y parece que es el bache más importante en el camino hacia la paz que comenzó la pasada semana. Además, el Gobierno de Sudán tiene que enfrentarse con una serie de medidas imprescindibles como garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos, juzgar los crímenes de guerra, atender a los cuatro millones de desplazados y reinsertar a los grupos armados y a los niños soldados. Las reacciones no se han hecho esperar. Por un lado, Amnistía Internacional y Human Rights Watch afirman que "la guerra en Darfur puede desestabilizar el proceso de paz en todo el país". Por otro, entidades como la Unión Africana y Manos Unidas ven en la firma del pacto un posible impulso para la paz en Darfur.