PARÍS-DAKAR
Final triste para una semana durísima
Por Fernando L. Clemente2 min
Deportes09-01-2005
La entrada en la última semana del Dakar 2005 trajo una noticia amarga. El piloto de motos español José Manuel Pérez, El Carni, de 41 años, que corría por cuarta vez el rally, no superó las lesiones sufridas en la séptima etapa, disputadas entre Zouerat y Tichit (en Mauritania), y falleció cuatro días después en el hospital de Alicante, al que había sido trasladado.
La carrera se había adentrado en África, no sin incidentes. Tras el paso por Barcelona, Castellón y Granada, la niebla obligó a suspender la especial de motos de la etapa entre Rabat y Agadir, en Marruecos. Casi el único que salió contento fue el estadounidense Robby Gordon (de Volkswagen), que cosechó su segundo triunfo. No fue ésta la única especial que la dirección de carrera hubo de suspender. La octava etapa, ya en terreno de Mauritania, fue anulada por la complicada situación meteorológica, con unas violentas tormentas de arena que ponían en riesgo la seguridad de los pilotos porque las asistencias y los enlaces aéreos no podían despegar. Con la llegada a Mauritania y la primera de las etapas maratón –sin posibilidad de asistencia mecánica– se produjo la primera gran criba, hasta un total de 50 abandonos de los 150 que se ha cobrado el rally hasta la primera jornada de descanso. Numerosos participantes se quedaron sin gasolina y perdieron mucho tiempo hasta que pudieron llegar sus asistencias. Las dunas, la hierba de camello y las piedras se han cobrado accidentes espeluznantes como los del escocés Colin McRae, que destrozó su Nissan, el del qatarí Nasser Al Attiyah (de BMW) y del propio Gordon, aunque el estadounidense consiguió reparar su vehículo y continuar, a costa de perder sus opciones a la victoria, lo mismo que pilotos ilustres como el finlandés Ari Vatanen y el francés Bruno Saby. Los que mejor midieron los riesgos fueron dos franceses, el veterano Stéphane Peterhansel y su compañero de Mitsubishi Luc Alphand. En la clasificación de motos, con una victoria parcial para Isidre Esteve, la carrera se ha convertido en un toma y daca entre Marc Coma –líder durante dos jornadas–, el francés Ciryl Després –que se alternó con el español– y su compañero, el italiano Fabrizio Meoni, al que ayudó otro de sus escuderos, el surafricano Alfie Cox. Meoni, único piloto de los que compiten que conoce la victoria en el Dakar, se quejó del excesivo rigor de los jueces al penalizar a los pilotos que se desvían más de tres kilómetros de la ruta marcada en la etapa, y que le valió una sanción –luego rectificada, al comprobar que no hubo mala fe– de diez minutos.