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PERÚ

Se rinden los rebeldes que tomaron una comisaría para pedir la renuncia de Toledo

Por Chema GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional09-01-2005

Los más de 150 rebeldes que el pasado sábado 1 de enero tomaron al asalto una comisaría en la ciudad de Andahuaylas, a 900 kilómetros al sudeste de Lima, depusieron las armas a finales de la semana pasada. El contingente, al mando del mayor del Ejército peruano retirado Antauro Humala, aprovechó el final de año para llevar a cabo un pronunciamiento al más puro estilo dieciochesco que concluyó en nada pero que se llevó por delante la vida de cuatro agentes de la jefatura asaltada.

Humala, líder del movimiento Etnocacerista, exigía la renuncia del presidente Alejandro Toledo. La mencionada corriente aboga por no respetar la Constitución de 1993, a la que vincula con el ex asesor Vladimiro Montesinos, pide la pena de muerte para “los traidores a la patria” y reclama un aumento del área sembrada con hoja de coca. El propio Antauro Humala, junto a su hermano Ollanta, ya participó en el año 2000 en otra sublevación contra Fujimori, quien posteriormente renunciaría a la Presidencia de Perú ese mismo año ante los escándalos de corrupción. Apenas 48 horas después de la acción de Andahuaylas, la Policía leal al Gobierno de Alejandro Toledo, trató de asaltar la comisaría para liberar a los 10 rehenes que continuaban dentro en ese momento. Más al contrario, la operación dio con la captura por parte de los atrincherados de cinco miembros del Ejército de Perú que estaban apostados en lugares aledaños al edificio. A la postre, las negociaciones dieron con la rendición de los rebeldes y el arresto de Humala. Tras la noticia, el presidente Toledo anunció que su ejecutivo aplicará “mano dura” para castigar a los miembros del grupo ultranacionalista, a los que tildó de organización “fascista y terrorista”, con la que el Estado acabará. “Vamos tras los pasos de los que aún están libres. El Perú está notificado, aquí encontrarán a un presidente respetuoso de los Derechos Humanos, pero con mano dura contra el terrorismo y el narcotráfico”, explicó el mandatario, quien acusó a los etnocaceristas de ser una organización “vinculada a los objetivos y las acciones de los narcotraficantes y financiada por éstos”. “Por esa razón propugnan el cultivo libre de la coca. También tiene como objetivos la insurrección, la purificación racial de las Fuerzas Armadas, la denuncia de los tratados internacionales, la eliminación física de los líderes políticos y sociales adversos, de los empresarios peruanos y extranjeros y la colectivización de la prensa”, finalizó el presidente.