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RESUMEN 2004

El año de Grecia

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura3 min
Deportes26-12-2004

El 2004 tuvo un guiño con la cuna del deporte moderno, Grecia, que albergó los Juegos de la seguridad y la lucha contra el dopaje. El séptimo título de Michael Schumacher, el enésimo de Valentino Rossi y el sexto Tour de Lance Armstrong los convierten en los reyes del año.

La gloria no le llegó en Atenas a ningún griego, sino al joven Michael Phelps, el nuevo rey estadounidense de la natación. También, aunque se hizo esperar –pero se pudo resarcir tras una larguísima espera–, a un mito del medio fondo como el marroquí Hicham El Guerrouj, que tras el infortunio en Atlanta y Sídney no sólo se hizo con el oro en los 1.500 metros en su última oportunidad, sino que ganó además el pulso contra el potente equipo etíope en los cinco mil. Los villanos en Atenas resultaron ser dos griegos, Costas Kenteris y Ekaterini Thanou, que se arriesgan a una dura sanción por eludir varios controles antidopaje y fingir un accidente de moto. La política de mano dura contra los tramposos impuesta por el presidente del Comité Olímpico Internacional, el belga Jacques Rogge. Pero sobre todo, Grecia fue el sorpresón de una Eurocopa que supuso una cura de humildad para los grandes favoritos y que demostró que el fútbol precioso de otras temporadas ha dejado paso al pragmatismo. Así sucedió en Europa, donde los clubes españoles cuajaron una buena campaña: el Valencia se hizo con la Copa de la UEFA, mientras que el Deportivo fue el mejor de los españoles en la Liga de Campeones, pero sucumbió contra el Oporto, a la postre campeón. En baloncesto, el Real Madrid se quedó a las puertas de ganar la Copa ULEB, mientras que no hubo ningún representante español en la Final Four de la Euroliga, que ganó el Maccabi de Tel-Aviv; en la NBA, Detroit sorprendió a unos Lakers que vieron cómo Shaquille O’Neal y Phil Jackson abandonaban la nave. En balonmano, el San Antonio de Pamplona pescó la Recopa, mientras que el Kiel alemán y el Celje esloveno se alzaron con la Copa EHF y la Copa de Europa, respectivamente. Ferrari y Michael Schumacher hicieron quedar en ridículo, de nuevo, los intentos de la FIA y de Bernie Ecclestone por igualar el Mundial de Fórmula 1. Para colmo, los demás gallitos –dígase McLaren y Williams– defraudaron y dejaron a BAR-Honda y Renault como grandes animadores de la temporada. El francés Sébastien Loëb sucedió al noruego Petter Solberg como campeón del mundo de rallies y confirmó el relevo generacional que ha ido retirando a pilotos como Juha Kankkunen, Colin McRae… y Carlos Sainz. Los españoles dieron guerra también en el Mundial de motociclismo, pero no pudieron impedir que los italianos Valentino Rossi –imparable también con una Yamaha– y Andrea Dovizioso acapararan los títulos de MotoGP y 125 cc., respectivamente. La muerte por una sobredosis del italiano Marco Pantani ensombreció una temporada ciclista de transición hacia el selecto UCI ProTour, que englobará la Copa del Mundo y las grandes vueltas por etapas, entre otras carreras. Por lo pronto, el estadounidense Lance Armstrong mantuvo su particular dictadura en el Tour de Francia –esta vez sí hubo sexto bueno– y Paolo Bettini hizo lo propio como rey de las clásicas, amén de sellar su extraordinaria clase con el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas. Roger Federer y la hornada de jóvenes rusas –Elena Dementieva, Maria Sharapova, Anastasia Myskina, Svetlana Kuznetsova…– demostraron que el talento, tanto más que la fuerza que imperaba las últimas temporadas, tienen un hueco en el exigente circuito tenístico. En cuanto al golf, el fidyiano Vijay Singh y el surafricano Ernie Els –ganador de la Orden de Mérito del circuito europeo– arrebataron el liderazgo que ostentaba en la lista mundial el intocable Tiger Woods.