FÚTBOL
España estará en el Mundial
Por David de Ancos2 min
Deportes01-09-2001
España cumplió con cuatro goles y sin demasiados alardes con el último capítulo de la clasificación para el Mundial del año próximo, como estaba cantado, a falta de dos partidos. Aunque la clasificación no es matemática: dos derrotas de la selección y dos goleadas de Austria, que se antojan imposibles, podrían apear a España de la presencia en Japón y Corea.
Fueron cuatro, pero pudo ser alguno más. Austria no fue la que hace dos años salió escaldada de Mestalla con nueve goles: fue un equipo que vino a no perder, por lo que a España le costó desbordar a la férrea defensa austriaca. No fue hasta los minutos finales del primer periodo, cuando el partido comenzaba a complicarse para los intereses españoles, cuando España mostró su mejor versión. Austria bajó físicamente y su defensa se echó atrás, factor que aprovechó el joven Vicente, que ha empezado en gran forma la temporada, para comenzar a desbordar y a dejar sentado a su marcador. El jugador del Valencia, con sus internadas, se erigió en el gran protagonista del choque; sin embargo, el gol lo marcó Diego Tristán, en una jugada que habla de su calidad, pues tuvo que buscar los espacios entre la defensa austriaca y salir de su sitio natural, el de rematador, con lo que impidió un encuentro nervioso en la segunda mitad. Definió con elegancia una jugada muy rápida, perfectamente interpretada por Valerón, en su mejor partido con la elástica de la selección. Con el marcador a favor, el partido discurrió en la misma línea después del descanso; España dominaba, pero no era capaz de crear grandes ocasiones. Austria tampoco conseguía llegar a la meta de Cañizares; tan sólo algunas acciones aisladas de Vastic conseguían llevar un cierto peligro, pues el delantero estuvo controlado en todo momento por los veteranos Hierro y Nadal. Camacho apostó por la entrada de Morientes en un intento de aumentar la diferencia en el marcador y no le pudo salir mejor: el jugador del Real Madrid le respondió y marcó dos goles en menos de un cuarto de hora; el Moro animó el partido cuando ya languidecía, y el colofón La apoteosis llegó al final con la salida al terreno de juego de Mendieta y con el gol que le endosó a Wolfhart. Mestalla se olvidó del pasado reciente; antes bien, se reconcilió con su ídolo y con una selección que pidió un nuevo voto de confianza, tras conseguir su séptima clasificación consecutiva para un Mundial. España no falla desde el Mundial de Alemania, en 1974: es un hito, pero aún es muy pronto para lanzar las campanas al vuelo y situar a España entre los favoritos a la victoria en el Mundial, la única gran competición por selecciones que aún no ha ganado la selección nacional.