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DESASTRES NATURALES

Las catástrofes provocaron 76.000 muertos en 2003

Por Berta BaronaTiempo de lectura1 min
Sociedad13-10-2004

El Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales se celebra el segundo miércoles de octubre desde 2001. Es una fecha instituida por la Asamblea General de Naciones Unidas que tiene como objetivo concienciar sobre la importancia de contener las catástrofes naturales previniéndolas y paliando sus efectos de forma efectiva, y preparar a la población para hacerlas frente.

En el año 2003, 254 millones de seres humanos sufrieron las consecuencias de los fenómenos naturales y 76.000 perdieron la vida. La mayor parte de ellos vive o vivía en países en vías de desarrollo. Estos fenómenos son los propios de la naturaleza, pero se han ido incrementado en las últimas décadas y sus efectos cada vez son más devastadores. Lluvias torrenciales, inundaciones, huracanes, terremotos, erupciones volcánicas... Ante esta situación, los gobiernos están tomando medidas. Los expertos aseguran que es posible prevenir las catástrofes y también mitigar sus efectos cuando no se pueden evitar. El objetivo es conseguir que resulten afectadas el menor número de personas posible y que se pierda la menor cantidad de bienes materiales. También es muy importante reducir el impacto de los fenómenos en la sociedad y en la economía a medio y largo plazo. Las medidas van a centrarse sobre todo en los países en vías de desarrollo, los más afectados por los fenómenos y los que peor preparados están en infraestructuras. La mejor forma de prevenir los desastres naturales es contener el proceso del calentamiento de la tierra. De lo contrario, las catástrofes aumentarán y serán más demoledoras. Por ejemplo, las inundaciones y avalanchas están aumentando en frecuencia debido, entre otras causas, al derretimiento de los glaciares, el cual provoca que la erosión del suelo sea más intensa de lo normal. Otro fenómeno devastador como consecuencia de este proceso podría ser la propagación de enfermedades infecciosas tales como el dengue o la malaria, ya que los mosquitos se están adaptando a hábitats a mayor altura gracias al aumento de la temperatura global.