MOTOCICLISMO
Dovizioso, un ¬sprinter¬ en el octavo de litro
Por La Semana.es2 min
Deportes17-10-2004
Daniel Pedrosa dejó huérfano un trono con muchos pretendientes, el de la categoría de 125 cc. Un año después, Andrea Dovizioso es su heredero: el italiano es el último exponente de la prolífica cantera italiana, que crece a la sombra de maestros como Carlo Ubbiali -seis veces campeón del octavo de litro-, Luca Cadalora, Loris Capirossi, Max Biaggi, Valentino Rossi, etcétera.
Dovizioso empezó a competir a los siete años, con las minibikes: él mismo afirma que "la experiencia con las minimotos me sirvió muchísimo. Pienso que su conducción es equiparable en todo a las motos de verdad, especialmente la sensibilidad al trazar las curvas". Por aquel entonces ya lucía en su diminuto carenado el 34: su ídolo en las dos ruedas, por su genialidad y sus locuras, no era otro que el campeón de 500 cc. en 1993, el estadounidense Kevin Schwantz. Pronto demostró su talento innato y empezaron a llover los triunfos. Tras haber ganado dos veces el campeonato italiano junior B con 13 años, su primer varapalo le llegó en 2000, cuando Matteo Tiraferri le arrebató el título de la categoría senior A porque en la última prueba se le estropeó el embrague en plena carrera. Aquella derrota le sirvió para descubrir la adrenalina del mano a mano y lo convirtió en un especialista de la velocidad: a Dovizioso le gusta como a pocos la sensación del triunfo en el desafío -al contrario que Daniel Pedrosa, al que le gusta ganar en solitario-. Y aunque apurar hasta el último momento para jugárselo todo a una carta implica que la suerte no siempre le acompañe, sigue incansable en su empeño hasta conseguir su objetivo. Al campeonato del Mundo llegó en 2001: sólo disputó el Gran Premio de Italia -como wild card o invitado-, con Aprilia, y ya en 2002, con Honda, corrió todo el Mundial. Con todo, los éxitos no llegaron hasta 2003, año en que se destapó al conseguir su primera pole y cuatro podios, aunque ninguna victoria. Su progresión, lejos de las luchas entre los aspirantes al título, ha continuado esta temporada: excepto en Portugal, donde abandonó por un clavo, siempre que ha terminado una carrera lo ha hecho entre los cuatro primeros. La regularidad y la confianza en sí mismole llevaron a comentar que se sentía superior a los demás: entre bravuconada y temeridad, lo cierto es que poco a poco Dovizioso fue minando la moral de sus rivales. Si la temporada pasada Rossi señalaba a Pedrosa como su piloto favorito, el heredero de su moto promete un interesante pulso con el español la próxima temporada.