CIENCIA
Una clínica catalana permitirá adoptar embriones congelados
Por Alfredo López Zamora1 min
Sociedad07-10-2004
En España hay 80.000 embriones congelados que no han sido utilizados por los matrimonios sometidos a técnicas de fecundación in vitro. Para buscarles una salida que no sean los estudios científicos, el Instituto Marqués de Barcelona ofrecerá la posibilidad de adoptarlos desde el próximo 1 de noviembre.
La cuantía inicial de embriones congelados que se ofrecerán en adopción asciende a los 1.700. Éstos están conservados en contenedores de nitrógeno líquido a menos de 196 grados centígrados de temperatura, y para someterse a esta técnica los cónyuges sólo deben firmar un documento informativo de consentimiento. Según la doctora Marisa López Teijón, el programa de implante de embriones, que se llevará a cabo desde el Centro Internacional de Medicina Avanzada, pretende que éstos "puedan vivir y encontrar una madre, en vez de cederlos a la investigación". Con un coste de 2.500 euros, podrán solicitar los servicios tanto los cónyuges en lista de espera de adopción, mujeres solteras que quieran ser madres y las parejas con problemas de esterilidad. A través de un tratamiento indoloro que no requiere ingreso hospitalario se podrán implantar de uno a tres embriones como máximo, con una posibilidad de embarazo del 35 por ciento. La mujer se deberá aplicar unos parches en la piel y unos óvulos de progestosterona para acondicionar el útero, pudiendo saber si el proceso ha sido efectivo pasados 14 días. A este programa pueden acceder mujeres mayores de edad con plena salud mental y física que estén en edad biológica para tener hijos. El límite inicial de edad está en los 45 años, aunque si se realiza una valoración médica que demuestre que se pueda llevar adelante el embarazo podrán sumarse a los servicios señoras de hasta 50 años. Debido al ámbito de actuación de la clínica, que recibe parejas de toda España y de diversos países europeos, se ha creado un sistema de asignación que evitar encuentros entre hermanos. Así, los embriones que vayan a ser inseminados cambiarán de autonomía o de país para que no quepa la posibilidad de que se mezcle la misma sangre.