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BALONCESTO

A falta de Estados Unidos, Yugoslavia

Por Daniel AyllónTiempo de lectura2 min
Deportes08-09-2002

Argentina pecó de inexperta y, a pesar de llegar invicta a la final -ocho victorias seguidas, Estados Unidos incluido- y de haberla dominado casi por completo, perdió contra la experta Yugoslavia, al compás marcado por la batuta de Bodiroga y alguna ayuda arbitral. La selección española se marchó con un sabor agridulce al no haber podido traducir su potencial en medalla. Sin embargo, la derrota de cuartos de final contra Alemania se maquilló con la puntilla asestada a EE.UU., el gran fracasado del campeonato, en la lucha por la quinta plaza.

La selección plavi conquistó su tercer título de las cuatro últimas ediciones -en Toronto, en 1994, se le impidió participar por la guerra de los Balcanes-, el quinto en total. La profundidad de banquillo de la selección yugoslava fue determinante y, a pesar de haber perdido más partidos que Argentina supo rentabilizarlos mejor. El triunfo yugoslavo radicó, ante todo, en las individualidades protagonizadas por Stojakovic, Bodiroga y compañía, más que en el juego en equipo, muy rácano. Los argentinos fueron el mejor equipo del Mundial y ganaron los ocho partidos previos a la final, pero la vista gorda de los árbitros en la última jugada del tiempo reglamentario forzó la prórroga, y ya no supieron mantener la mente fría y las muñecas calientes. El sabor español en la final corrió a cargo de la ACB, en la que militan diez jugadores, más otro en la liga LEB, Leo Gutiérrez, y el técnico del campeón, Svetislav Pesic: Lucas Victoriano, Alejandro Montecchia, Andrés Nocioni, Gabi Fernández, Fabricio Oberto, Luis Scola, Dejan Bodiroga, Milan Gurovic, Dejan Tomasevic -que en un año ha ganado la Liga, la Copa del Rey y el Mundial-. El tercer lugar fue para Alemania, un equipo formado por el Jugador Más Valioso (MVP) del campeonato, Dirk Nowitzki, y once jugadores más que se limitaban poco más que a acompañarlo por la cancha para ver cómo anotaba. Nueva Zelanda y EE.UU. fueron los polos opuestos. Mientras los primeros fueron la revelación, al colarse por primera vez en semifinales, que los anfitriones perecieron fruto de su prepotencia: formaron un equipo sin las mejores estrellas de la NBA y, los que fueron apenas prepararon los partidos, con el consecuente descalabro, al margen de la poca finura táctica y técnica que ha podido aportar George Karl. Por lo que a España respecta, el combinado que llevó Javier Imbroda a Indianápolis, pese a la eliminación en un mal día de cuartos de final, ha sido la mejor representación española de la historia, incluida la que obtuvo la plata en los Juegos de Los Ángeles, en 1984. Salvo los tropiezos contra Puerto Rico y Alemania, España ha derrotado a las dos potencias mundiales, Yugoslavia y Estados Unidos, y ha terminado el Mundial como segunda selección con menos derrotas, después de Argentina. La actuación de Gasol, que se perdió los partidos de preparación y no pudo rendir al máximo por una lesión, fue notable, al igual que la de Juan Carlos Navarro. Entre los dos consiguieron un promedio de 34 puntos por partido entre los dos. La quinta plaza, sólo superada por el cuarto puesto del Mundial de Cali (Colombia) de 1982, es un resultado gratificante, pero los de Imbroda hicieron méritos para haber vuelto con una medalla en el cuello. Dichosa pájara de los cuartos de final.