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NBA

Pacífico: espectáculo puro y duro

Por José Luis Ajero AstudilloTiempo de lectura2 min
Deportes28-10-2001

Seis equipazos y una cenicienta de lujo; es la mejor definición para la División en la que destaca la sonrisa dorada y purpúrea de Phil Jackson. De este corral tiene todas las papeletas para salir el campeón final, y más que nadie los Lakers, que quieren su tercer anillo consecutivo.

Es el reino de los míticos Lakers, su casa y su laboratorio de pruebas con vistas a los playoff. Son los actuales campeones y tienen entre ceja y ceja instaurar una dictadura de títulos que comenzó hace dos campañas y que nadie se atreve a toser. Como su equipo del año pasado sólo fue capaz de perder un partido en toda la segunda fase, se han reforzado para evitar males mayores. Se han hecho con los servicios de jugadores de lujo que van a dar una dimensión desconocida a Jackson: la del banquillo. Junto a ellos van a estar equipos a los que le va la marcha y la guerra. Si no, cómo definir a los Kings de Sacramento. Han perdido la alegría incontrolada de Jason Williams, pero han ganado la sobriedad creativa de Mike Bibby. Todo seguirá girando alrededor de Chris Webber; éste protagoniza junto a Rasheed Wallace uno de los duelos más espectaculares en la pintura en el viejo Oeste. A Sheed, como le llaman todos, le han hecho de una vez por todas cabeza visible de los Blazers de Portland, otro de los grandes favoritos. Su problema es que su gran boca tiene un resorte que se activa con el silbido del árbitro y que le trae por el camino de la amargura, pues es el jugador que más técnicas recibe de toda la Liga. Para que calle y su selección de estrellas que le acompañan hablen han traído al banquillo a Mo Cheeks, un mítico jugador de los Sixers que era ídolo de Wallace cuando éste lucía palmito en su natal Filadelfia. Estos dos equipos son los más apañados. Pero no conviene perder de vista a los otros que quedan por detrás. De hecho, esta temporada cuenta con un invitado de excepción a la fiesta: Los Ángeles Clippers, o lo que es lo mismo, un puñado de jóvenes llamados a limpiar el nombre más maldito de la NBA, que como tenían poco potencial se han traído de los Bulls a Elton Brand. Con los Clippers de Miles, Odom y compañía aparecen dos equipos guerreros, pero inferiores. Suns y Sonics no tienen gente alta y desequilibrante, pero cuentan con bases que obligan a mantener los ojos bien abiertos de madrugada. Ambos han llevado sonados cambios de imagen, los Sonics en la forma -cambian logo y camiseta- y los Suns en el fondo -cambiaron a Jason Kidd por Stephon Marbury-. La lista la cierran los Warriors de Golden State, una cenicienta con quinteto de lujo que seguro que armará más de algún lío, pero que no tiene aspiraciones de alcanzar las eliminatorias por el título.