ANÁLISIS DE LA SEMANA
Sin ganas
Por Gema Diego1 min
Economía05-09-2004
Hay algo que falla. En vez de empezar el nuevo curso con energías renovadas, están comenzando a romperse los parches de las chapuzas del verano. El mismo descanso ya no ha sido verdaderamente reparador. No han descansado tantos como se esperaba. Y, por consiguiente, no han podido trabajar tantos como deberían. Ni trabajar, ni descansar… Vaya un duermevela de verano, que ni verano parecía a juzgar por las continuas tormentas y el frío otoñal que nos ha dejado sin mes de agosto. El regreso de estas atípicas vacaciones ha sido además desasosegante. Coches y coches tirados por las carreteras. Y un miedo atroz a que falle el que nos conduce a casa y nos deje tirados en medio de la nada. El petróleo, sin dar tregua. Encender la radio y recordar a Abundio. ¿Que quién era Abundio? Pues uno tan tonto, tan tonto, que vendió el coche para comprar gasolina. A ver si dentro de poco vamos a tener que hacer lo mismo que él. También dicen que no hay que retroceder ni para coger impulso. El caso es que este verano ha servido ni de impulso ni de nada. Las bolsas no tienen muchas ganas de reincorporarse a la rutina y siguen todavía adormecidas. No son las únicas. Todavía hay muchos que andan por el mundo sin creerse que ha llegado septiembre, y con él las responsabilidades. Y para eso sirve el verano: para coger fuerzas y retomar con ímpetu los compromisos adquiridos. Alargar el descanso más de lo recomendable puede traer sorpresas insospechadas.