CRÓNICAS DEL ESPACIO INTERIOR
El honor de Zapatero
Por Álvaro Abellán2 min
Opinión25-07-2004
“Que a partir de ahora, vuestro honor no venga determinado por el lugar del que procedéis, sino por aquel hacia el que os dirigís”. Así arenga Nietzsche al hombre que quiere construirse a sí mismo. Desde entonces, cabe medir el corazón de las personas por la nobleza de sus acciones. El ideal a perseguir y predicar no es una meta abstracta; es un camino concreto que empieza aquí y ahora y que se actualiza en cada paso, cada decisión, cada obra. Basta ya de contemplar bonitas palabras y enamorémonos u odiemos las acciones, pues son ellas por las que todos somos juzgados, salvo que sea el árbitro Garzón. Zapatero repite de nuevo su aversión a las reflexiones teóricas y nominalistas: “La comisión del 11-M no debe buscar una teoría de la responsabilidad”. En efecto, una teoría no, pero hasta hace unos días todos, también el PSOE, sostenían que la comisión debe descubrir una realidad: la realidad de quién fue responsable o irresponsable del 11 al 14 de marzo. Y la realidad -y no alguna teoría- muestra que el PSOE acusó falsamente al Gobierno de ocultar y manipular la información. La realidad muestra que al menos dos miembros de la policía fueron desleales al Gobierno de todos y leales al partido de algunos. La realidad muestra que el PSOE violó la jornada de reflexión para acusar falsamente al Gobierno. La realidad muestra su irresponsabilidad. Zapatero protesta contra las teorías y los ideales, pero él no vende sino teorías e ideales que, patéticamente, no hacen más que chocar contra sus hechos y su realidad. El honor de Zapatero no está en decir “talante”, sino en expulsar y atacar a los grupos sociales que no le dan votos. El honor de Zapatero no está en suavizar el clima político con “diálogo”, sino en destruir la labor del Gobierno anterior sin mostrar alternativas sólidas o, al menos, dialogadas. El honor de Zapatero se mide por ascender a los policías del 11-M desleales al anterior Gobierno (del PP) y leales al PSOE. El honor de Zapatero se mide por la destrucción y por desvincular palabras de acciones. El honor de Zapatero no se mide por España, sino por su partido. El honor de Zapatero sólo puede llamarse honor por unos pocos. Pero a él, seguro, le da lo mismo. Porque no cree en teorías del honor. Ya sabemos en todo lo que no cree el infeliz de Zapatero. Ya sabemos que tampoco se cree sus teorías cuando nos habla de valores e ideales.