SIN CONCESIONES
Una lección para la vida
Por Pablo A. Iglesias
2 min
Opinión25-07-2004
Popularidad, fama y dinero. Esto es lo que buscan hoy en día muchos jóvenes. Quieren salir en la televisión y ocupar las portadas de las revistas. Sueñan con no trabajar y sobrevivir concediendo entrevistas. Unas palabras delante de una cámara y 6.000 euros al bolsillo. Estudian para ser un champiñón y crecer a la sombra de alguien más famoso. La escala de valores ha cambiado. La sencillez, la humildad y la responsabilidad han pasado de moda. Lo moderno es el egocentrismo, la notoriedad y la alegría inmediata. Pero aquellos que anhelan un futuro fácil y cómodo pueden aprender una lección para la vida. La basura de la televisión encumbra hoy en día a personas como Carmen Ordóñez. Una mujer que nació siendo famosa por ser hija, nieta y sobrina de torero. Una mujer que tuvo tantos amantes como años. Una mujer que dio a luz tres hijos y acabó recibiendo lecciones de madurez del más pequeño. Una mujer que negaba ser desdichada con una sonrisa preciosa pero casi siempre inundada de lágrimas. Una mujer rendida a los placeres y los peligros de la noche. Una mujer rodeada de amigos que en los momentos más duros descubría la amargura de la soledad. Una mujer a la que ahora lloran todos cuando sólo merece la pena llorar por los hijos. Ellos sufren ahora la desgracia de una saga. La muerte de Carmina es una enseñanza para la vida. Para los que quieren vivir la vida. Es una lección de lo que nunca hacer. Estas son las consecuencias que sufre quien cae en el desfase, atropella la razón y lleva al extremo el carpe diem. Son muchos los que lloran la muerte de Carmina Ordóñez. Yo, simplemente, espero que más de uno haya aprendido la lección. Estas cosas ocurren cuando uno sobrepasa los límites de la moral, el sentido común y la responsabilidad.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito