Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

EL REDCUADRO

Haníbal, Loby y la "folloneta"

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura2 min
Opinión18-07-2004

Quien no dijo nunca si era titadine o no lo era; quien no tiene una idea preconcebida de lo que debe salir de la comisión parlamentaria para terminar de machacarlos; quien no puede caer en la manipulación del reloj, no marques las horas de Aceves; quien no recibió SMS alguno en su móvil; quien no llamó a nadie por teléfono antes ni fue llamado no es un policía, ni un portero automático. Es un perro. Un perro al que se le pueden aplicar los títulos heráldicos de una vieja ciudad castellana: muy noble, muy leal, heroico. El noble, leal y heroico Haníbal. Cuanto más leo y oigo de la comisión parlamentaria, más me gustan los perros. Estos perros policías que hacían a Jean Cocteau inclinarse por los gatos: "Prefiero los gatos a los perros porque no hay gatos policías". Aunque defensor de los gatos, en este punto de la comisión parlamentaria difiero de Cocteau, porque allí da la impresión de que miente hasta el gato y que el único que dice la verdad es el perro Haníbal. Cuyo acompañante, el policía nacional Francisco Javier Alemán Belizón, ha confesado que el pastor alemán fue el que se comió solito el marrón de la "folloneta" de la Alcalá de Henares. Por menos le dieron a Pepe Bono la Gran Cruz del Mérito Militar y con el pobre Haníbal, ya ven, ni han tenido la delicadeza de citarlo a declarar. Haníbal y su colega Loby, que si el primero se comió el marrón, el segundo lo devoró con ansia, pues fue el único que entró en la "folloneta" a la hora de los disturbios. Loby sí que hubiera dicho la verdad, si hubiesen tenido la delicadeza de citarlo a declarar sin persona interpuesta. Total, ¿no están compareciendo muchos otros perros, no están diciendo y haciendo perrerías, no tratan de presentar asuntos tales que les decimos que a otro perro con ese hueso? Pues Haníbal y Loby probablemente hubieran puesto las cosas en su punto. ¿Que los perros no hablan? ¿Quién ha dicho eso? Hablan con la mirada. La mirada de Haníbal y de Loby ante la comisión lo hubiera dicho todo. Nadie puede resistir la mirada de lealtad de un perro cuando quieren maltratarlo. Hubieran comparecido complacientes, con el concurso de intérprete. ¿No quieren que se hablen todas las lenguas del Estado en sede parlamentaria? Pues que se hable también el idioma perruno. Los perros hubieran hablado como el Gato con Botas en "Shrek 2". Hasta nos habría valido el mismo traductor simultáneo: Antonio Banderas. Más de la causa no hubieran podido encontrar un intérprete para que nos dijera esa verdad que sólo saben, como La Lirio y yo, Haníbal y Loby.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor