Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

SIN CONCESIONES

¡Hala Madrid!

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura2 min
Opinión02-05-2004

No me da vergüenza. Todo lo contrario. Estoy orgulloso, y mucho, de ser aficionado del Real Madrid. Desde muy pequeño, desde que con pocos años vi a once tipos vestidos de blanco dando patadas a un balón, desde entonces, amo y siento los colores del Real Madrid. Y lo digo ahora que algunos chillan, discrepan e incluso renuncian del mejor equipo del mundo. Sí, sí. El Real Madrid sigue siendo el más prestigioso y el más laureado aunque este año lo pase en blanco. De rozar con los dedos el triplete ha pasado a sufrir las caricias del fracaso. Éste será el primero en ocho años que el Real Madrid concluye la temporada sin trofeo alguno. Ni Liga ni Copa del Rey ni Copa de Europa. Triste balance para Carlos Queiroz, ese entrenador políglota y falto de experiencia para un club tan grande e histórico como el Real Madrid. Los aficionados echamos de menos el trabajo, la simpatía, la sencillez y la humildad de Vicente del Bosque. Fue, junto a Miguel Ángel Muñoz, el mejor entrenador en la historia del Real Madrid. Una liga, dos copas de Europa y una Copa Intercontinental. ¡Que vuelva, que vuelva! Florentino arriesgó mucho al buscarle un sustituto después de tantos éxitos. Grave error. Por suerte, es uno de los pocos deslices que pueden atribuirse al presidente del conjunto merengue. Por lo demás, el Real Madrid ha recuperado estos años el prestigio y el poder económico que tuvo antaño. No me gusta escribir del Real Madrid salvo en momentos como estos. Cuando las cosas van mal, es difícil mantener y defender las convicciones. Una derrota ni puede ni debe suponer el desánimo. Todo lo contrario. Cualquier persona -y hablo del ámbito personal- debería entenderlo como un reto a superar. Es una demostración de que los hombres somos humanos -ni máquinas ni galácticos-. El fracaso sirve para que recordemos de dónde venimos y cómo hemos llegado hasta aquí. Sirve para reflexionar sobre nuestras ideas y afianzar los principios. Sirve, sobre todo, para aprender. Vivir es aprender. La derrota no es la parada del motor sino el arranque de nuestra ilusión por consquitar lo que un día conseguimos.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito