ANÁLISIS DE LA SEMANA

Rubalcaba, la mentira del diálogo

Por Amalia Casado1 min

España02-05-2004

Qué sería de Rodríguez Zapatero sin Rubalcaba en el Congreso. Rescatado de las tinieblas y sombras del oscuro pasado socialista, Rubalcaba se ha convertido en el particular doberman y en la nueva estrategia de defensa personal del presidente del Gobierno que recuerda al ya conocido dúo González Guerra, el bueno y el malo, el de las palabras bonitas y el de lengua viperina de insultos venenosos. Se las sabe todas, conoce las cloacas del poder y posee una mente inteligente capaz de enredar argumentos, envenenarlos y convertirlos en palabras a la velocidad del rayo. Quizás tenga algo que ver el hecho de que sea Doctor en Ciencias Químicas: Química y magia –blanca o negra- algo tienen en común. Rubalcaba parece un viejo alquimista capaz de convertir cualquier fracaso en un éxito cara a la opinión pública, y en culpable a la oposición. En una conferencia que pronunciaba en Santiago de Chile en 1977, afirmaba lo siguiente: “En 1993 Felipe González truncó mi felicidad, me trasladó al Ministerio de la Presidencia y me hizo relacionarme con los medios de comunicación. Me salieron todas mis canas, seguí perdiendo pelo y avanzó a pasos agigantados mi alopecia” Rubalcaba se las tuvo que ver con los medios durante los años en que salieron a la luz los hediondos casos de corrupción del Gobierno y la sangre de los GAL y poco debe ser perder un poco de pelo canoso en comparación con lo que haya podido pasar en el espíritu de este hombre. ¿Alguien cree que Rubalcaba sea algo distinto a un escéptico sin más esperanza que volverse a aferrar al poder con el que despecharse de aquella pesadilla? Pues este hombre, ácido y escéptico, es el portavoz parlamentario del PSOE para el Gobierno del diálogo de Zapatero. Otra gran mentira.

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Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo

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