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APUNTES DE BANQUILLO

Ganas de gresca

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura3 min
Deportes02-05-2004

Los rearbitrajes de algunos partidos por parte de los comités, a cuatro jornadas para el final de la Liga, siguen levantando ampollas. Que a Luis Figo se le perdone una tarjeta amarilla por una entrada escalofriante a Carles Puyol –y digan lo que digan, el portugués no apartó el pie, así que Pérez Burrull aplicó la decisión correcta–, tanto más que el hecho de que sea jugador del Real Madrid, deja en evidencia, de nuevo, la falta de criterio de los videocomités: una acción sigue siendo punible en unas ocasiones, en otras no… Para colmo, los amigos de las teorías de la conspiración se reafirmación con la suspensión cautelar de los dos partidos con que había sido castigado Benjamín, jugador del Betis… cuyo equipo se había de enfrentar al Valencia en la siguiente jornada. ¿Quién da más? En el concurso de desatinos, salidas de tono y tropelías en que se convierten las declaraciones de los directivos, entrenadores, jugadores, aficionados y todo lo que se relaciona con el fútbol, hay perlas para todos los gustos. Sin embargo, la más risible es la de un culé acérrimo, que en sus tres años de presidencia del Barça no consiguió ganar ni un solo título, y por si fuera poco, aún lo pudo haber llevado a la quiebra… Sí, no podía faltar ese envidioso de Joan Gaspart, que amén de ser vocal de la Federación Española –y le da igual que se lo recuerden–, despotrica y tira piedras contra su propio tejado. A los sinvergüenzas que aún guardan rencor por el fichaje de Figo se les olvida que por tirarle botellas –precisamente a él–, y hasta una cabeza de cochinillo, sigue pendiente de cumplir su clausura el Camp Nou. Y en el Valencia, como también les gusta hacerse las víctimas, se olvidan de que ganar la Liga, tras una remontada en la que no han tenido nada que ver los comités, está en su mano. Resulta difícil ponerse en el lugar de Rafa Benítez, que como entrenador se deja la piel en su trabajo, pero ve cómo los directivos, cuando no lo ningunean –como con los fichajes, que buen enfrentamiento le costó con el director deportivo–, se empeñan en enrarecer el ambiente, en lugar de hacer piña y remar en la misma dirección, la del sentido común. Porque lo del Real Madrid tiene mala pinta: ni están los cracks para más esfuerzos, ni está el horno para que a los canteranos les den oportunidades de ayudar… en la Casa Blanca se está enfrentando a situaciones que no conocía en las últimas temporadas: ansiedad, frustración, impotencia… son palabras que definen no sólo el momento del equipo, muy cansado, sino también el de los aficionados, que en algunos casos, además, están hartos. Hasta tal punto es así, que muy pocos o nadie piensan aún en poder ganar la Liga. En lugar de quejarse, los rivales deberían intentar aprovecharlo… por los cauces estrictamente deportivos.

Fotografía de Roberto J. Madrigal