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LA IMAGEN DE LA SEMANA

Educación física y virtual

Fotografía Foto publicada en www.elpais.es

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión29-04-2001

Robos, amenazas, fracaso académico, violencia, analfabetismo funcional... La educación secundaria española sufre la paradoja de ser, a la vez, física y virtual. Educación física, no por ser “presencial”, ni por la gimnasia, sino por la importancia del físico de los chicos en un mundo donde el robo, la extorsión y las amenazas forman parte de lo cotidiano. Al menos, ocurren con más frecuencia que clases “buenas” dan algunos profesores a lo largo de un curso. Habría que saber qué entiende por bueno un profesor ansioso, al borde de una depresión como a que ha apartado del trabajo a algunos de sus compañeros. Ahora una “buena clase” es aquella en la que el profesor no necesita gritar, en la que los alumnos empiezan a atender en menos de 15 minutos y en la que ningún alumno se ríe de otro compañero o desafía al profesor. Lejos quedan esas clases en las que el profesor enseñaba su materia y no digamos ya aquellas en las que enseñaba valores. En Murcia, incluso un padre llegó a amenazar a un profesor enseñándole una pistola. Como si al profesor, en este sistema antieducativo, aún le quedara autoridad para hacer algo con el alumno rebelde... Además de física, esta educación es virtual, por lo que apariencia de real tiene. Quizá ese seis por ciento de alumnos agredidos, ese nueve de amenazados o ese 14 por ciento que ha sufrido robos prefiera una auténtica educación virtual, para no tener que aguantar a mocosos matones de barrio alentados por los padres que los parieron (no criaron). También un trabajo virtual, pues el tiempo suele hacer con los hombres como con los vinos: mejora a los buenos, pero agria a los malos (Séneca). Cualquier sistema educativo democrático tiene, por ventura o por desgracia, una función principal: sesgar, seleccionar, discriminar. Antes se discriminaba injustamente a los menos inteligentes. Ahora se discrimina, con la misma injusticia, a los débiles. Pero, sobre todo, se discrimina a la propia educación, que, sin la autoridad del maestro, pierde toda su razón de ser. La educación sin maestro es la educación virtual, es decir, una educación solo aparente.

Fotografía de Álvaro Abellán

$red

Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach