CRÓNICAS DEL ESPACIO INTERIOR
Entretejidos de sueños
Por Álvaro Abellán1 min
Opinión08-06-2003
Algunas personas no son humanas. Son sueños del inconsciente colectivo entretejidos por el consciente individual. Son mitos, leyendas, referentes, príncipes y princesas azules y rosas, fuentes de ingresos y de ilusiones vanas, alimentos caducos (consumir preferentemente: véase valor de mercado). Algunos, los descreídos, acusan al mito de convertirse en mito. “Quién se cree”, comentan. “Odio a los ídolos”, repiten. Están seguros de que Elvis quiso llegar a ser Elvis. Y más: están seguros de que Elvis quiso seguir siendo Elvis. “Perdónales, porque no saben lo que hacen”, dicen los clarividentes madrugadores. Y los del ocaso: “Perdónanos, porque no supimos lo que hacíamos”. Vieron cómo sus sueños livianos llovieron plomizos sobre las espaldas de sus ídolos hasta troncharlos. Lo mismo, seguramente, dijeron los ídolos: “Perdónanos, porque no sabíamos en qué nos estábamos convirtiendo”. ¿Cómo escapa el idolatrado por sorpresa de las cadenas sociales de su popularidad? Quizá le cueste la vida, quizá su honestidad. Quizá escape de sí mismo, buscándose donde nunca se perdió. “Cada vez que te vayas de vos misma”, adelanta Benedetti, “no destruyas la vía de regreso / volver es una forma de encontrarse”. Pero Benedetti le cantaba a vos, que sos anónima. Para un famoso no es tan fácil, por mucho que se lo repita uno a sí mismo, como quiso Chavela (“Y volver, volver, volver”). Tal vez le resulte imposible. Salvo que ese lugar al que volver esté más allá de esta vida. Es entonces cuando uno empieza a entretejer en sueños otras vidas, de otras personas, que no son humanas.