EL REDCUADRO
Jesús ante Aznar
Por Antonio Burgos2 min
Opinión20-04-2003
Escuchaba la otra noche una vieja placa de pizarra, ahora digitalizada. La voz de balcón de La Niña de los Peines decía la saeta antigua: "Pilatos por no perder/el destino que tenía/firmó la sentencia cruel". He visto pasar, en este mi pueblo de los naranjos en flor, los pasos que representan escultóricamente la burocracia curial del proceso de Cristo. He llegado a la conclusión de que en Jerusalén aplicaban la pena de muerte con muchas más garantías procesales con las que ahora Fidel Castro crucifica con plomo de paredón a quienes sencillamente eligen la imposible libertad de intentar escaparse de un inmenso Gulag tropical con palmeras y son montuno. Uno de esos pasos del proceso de Jesús fue el que por culpa del dios de la lluvia llorando tercamente sobre Sevilla escribió en los récords cofradieros el hecho insólito. Este año, a efectos de cofradías, el Domingo de Ramos comenzó a las 10 de la noche del Martes Santo. Aritmética mágica de todo punto lógica en esta tierra que a los niños que bailan y tocan sus castañuelas como caballeros cubiertos en la corte catedralicia de Su Divina Majestad, llama los seises. Pero los seises no son seis, como podría pensarse: son diez. El primer paso que este año salió a la calle en Sevilla fue el de Jesús ante Aznar. No, no es errata. Así le puso la guasa del evangelista apócrifo. Estaba pasando el que llamaban de antiguo La Bofetada, por la que le dieron a Cristo tras su prendimiento, y a un forastero que preguntaba qué paso era, el sevillano de la guasa contestó: - Este paso antes era el de Jesús ante Anás, pero yo creo que está equivocado. Como ahora el que tiene la culpa de todo es Aznar, y como Jesús es el bueno y el que está sentado en esa especie de sillón de La Moncloa es el judío malo, yo creo que no es Jesús ante Anás, sino Jesús ante Aznar. Es una pena que los profesionales de la pancarta estén tan ocupados en culpar a Aznar de la destrucción de la estatuaria asiria y de la quema de Biblioteca de Bagdad, porque se les ha ido vivo lo que acertó a ver la guasa del evangelista apócrifo sevillano. Por descontado que de esta lluvia que ha estropeado la Andalucía de las cofradías y la España playera de las vacaciones de Semana Santa tiene la culpa Aznar. Pero lo que no me esperaba de Zapatero es este inmenso fallo que menos mal que ha venido a remediar la guasa sevillana. Sabido es por todos los portadores de pancartas y asaltantes de sedes del PP que se ha descubierto que a Jesucristo no lo mataron los judíos. También fue Aznar.
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Antonio Burgos
Columnista del diario ABC
Andaluz, sevillano y del Betis
** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor