SIN CONCESIONES
Gracias a la vida
Por Pablo A. Iglesias1 min
Opinión07-04-2003
Veo por televisión caer las bombas en Iraq y no puedo hacer otra cosa que dar gracias a la vida. Aquí vivimos en paz y libertad plena desde hace 25 años. Muchos no recordamos otro modo de convivir que no sea en democracia. Nuestros abuelos, en cambio, comprobaron los horrores de la guerra. Perdieron a hermanos, amigos y muchos compañeros en el frente. En otros países europeos esquivaron el odio de una guerra civil. Pero aún padecen el rencor de dos guerras mundiales. Imagino el escenario bélico de Bagdad y me quedo corto. Estoy seguro. El silbido de los bombardeos, el estruendo de los cañonazos, la incertidumbre del destino, el miedo, el miedo, el miedo... Sobre todo, el miedo. El sentido de la vida pierde su significado cada minuto y lo recupera al segundo siguiente para perderlo otra vez. Así constantemente. Cada día, cada hora... También está el dolor: de los muertos, de los soldados, de los niños, de los padres. La guerra carece de valor en el cara a cara, en el trato personal, en el otro cuerpo a cuerpo, el de verdad, el humano. Pensar que esas cosas nunca pasarán en España es de ingenuos. Quiza sólo de optimistas. Ojalá no se equivoquen. Dios lo quiera. Lo menos que podemos hacer es dar gracias. La felicidad está mucho más cerca de lo creemos. Está en las cosas pequeñas, en los amigos, en la familia. Aquí tenemos eso y muchan más. No como en Iraq, no como en Afganistán, no como en Costa de Marfil. Qué fácil es perder la perspectiva de la vida con el estrés y las prisas. Qué difícil mantener la cordura. Qué fácil olvidar un dicho simple y real. Es de bien nacidos ser agradecido.
Seguir a @PabloAIglesias
Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito