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ATAQUE A IRAK

Bush, Blair y Aznar dan una "última oportunidad" a la diplomacia

Fotografía Blair, Aznar y Bush en la conferencia de prensa en las Islas Azores

Por Txema GarcíaTiempo de lectura3 min
Internacional16-03-2003

Francia rechazó una propuesta británica que establecía plazos y objetivos en el desarme de Irak. Aún así, el Ejecutivo francés anunció que su intención de dar más tiempo a los inspectores podría reducirse de 120 a 30 días. Los países contrarios a una segunda resolución piden, además, que el Consejo de Seguridad se reúna con carácter de urgencia.

Los máximos dirigentes de EE.UU., Reino Unido y España, George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar, se reunieron durante el pasado fin de semana en las Islas Azores para tratar de conseguir la aprobación de la resolución presentada por estos tres países hace 15 días, que debería haber sido votada la semana pasada, que finalmente fue aplazada sin fecha ante la oposición que levantó en el seno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y que podría ser finalmente desestimada esta misma semana. Los tres mandatarios dieron un ultimátum definitivo al presidente iraquí, Sadam Husein, para que se desarme de inmediato o se exilie. La Cumbre, calificada por la Casa Blanca como la “última y final”, pretende reorientar la estrategia de Washington, Londres y Madrid después de que su proyecto de resolución que fijaba el incumplimiento por parte de Bagdad de la resolución 1.441 de la ONU, enfrentase a los miembros del Consejo de Seguridad –Rusia y Francia amenazaron con vetarla-. Ante el cariz que tomaron los acontecimientos, los países que se oponen a una nueva resolución: Francia, Rusia y Alemania, pidieron que el Consejo de Seguridad se reúna el martes 18, inmediatamente después de que se presente un programa de trabajo para las inspecciones de armamento en Irak. En la iniciativa presentada por París y secundada por Moscú y Berlín, se dice que éste no es el momento de acabar con las inspecciones y que nada justifica el recurso a la fuerza en la fase actual de la campaña para desarmar a Irak. Precisamente la actitud de Francia volvió a causar malestar la semana pasada en EE.UU. y Reino Unido después de que París rechazase un texto con seis condiciones presentado por el Ejecutivo británico en la ONU y en el que se exigía a Sadam Husein, entre otras cosas, el compromiso de detallar con exactitud todas sus reservas de armas químicas y bacteriológicas, la admisión públicamente de que las ha ocultado a la ONU y la autorización a 30 de sus científicos para que viajen junto con sus familias a Chipre donde serían entrevistados por los inspectores de Naciones Unidas. El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer declaró: “(Francia) leyó la propuesta británica y la rechazó incluso antes de que Irak dijera algo. Si eso no es un veto sin razón alguna, ¿entonces qué es? Nos gustaría que Francia actuara de otro modo”. Por su parte, el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, condenó el rechazo de París al texto y señaló que lo desestimó “sin tan siquiera considerarlo”, “La actitud francesa está haciendo este proceso más difícil”, aseveró el responsable británico, quien recordó que cuando negociaron la resolución 1.441 se fijaron “los deberes y las responsabilidades de Sadam Husein, pero también los deberes y las responsabilidades de los miembros del Consejo de Seguridad”. Mientras, Francia, Alemania, China y Rusia argumentaron su negativa a la propuesta porque en su opinión es otro ultimátum a Irak. El embajador ruso, Sergei Lavrov, reiteró que la posición rusa es de rechazo a los “automatismos”, a los “plazos inventados artificialmente”. Su homólogo alemán, Gunter Pleuger, indicó que la propuesta plantea numerosas cuestiones, entre ellas quién decidirá si se han cumplido las condiciones fijadas.

Fotografía de Txema García