CRÓNICAS DEL ESPACIO INTERIOR
Fracasa el Ministerio de la Paz
Por Álvaro Abellán2 min
Opinión28-02-2003
“... En ellos estaban instalados los cuatro ministerios entre los cuales se dividía todo el sistema gubernamental. El Ministerio de la Verdad, que se dedicaba a las noticias, a los espectáculos, a la educación y a las bellas artes; el Ministerio de la Paz, para los asuntos de guerra; el Ministerio del Amor, encargado de mantener la ley y el orden; y el Ministerio de la Abundancia, al que correspondían los asuntos económicos”. Así describe George Orwell la organización del estado totalitario en su magistral novela 1984. El Gobierno Aznar (los estados totalitarios gustan de suprimir palabras, por que viene a ser como recortar el radio de la conciencia) opera ahora en algunos aspectos de forma similar al estado del que trató de prevenirnos Orwell. El Ministerio del Amor, encargado de mantener la ley y el orden, merece por su misión polifacética un capítulo aparte, pero podemos repasar aquí las otras tres instituciones. La propaganda política tiende a deformar las palabras hasta hacerlas contener significados contradictorios con su raíz original. La Economía, por definición, es la gestión de los bienes escasos; sin embargo, es cierto que el Gobierno Aznar dio la vuelta a ese significado desde la primera legislatura. Con él, el Ministerio de Economía siempre fue Ministerio de la Abundancia: crecimiento económico, reducción del paro, control de la inflación... Rato y los suyos supieron aprovechar el ciclo alcista de la Economía y hoy logran sobrevivir con relativa estabilidad a los embates de la nueva coyuntura internacional. El éxito del Ministerio de la Abundancia desluce por los fracasos de los ministerios de la Paz y de la Verdad. La construcción mediática del Ministerio de la Paz, encargado de los asuntos de guerra, la ha perseguido Aznar incluso dejándose desnudar por su periodista personal en Antena 3 hace unas semanas. Pero a nadie engaña el presidente. Aunque en su declaración pública con acento texano repitiera una docena de veces la palabra “paz”, él, todo su Gobierno, su partido, el Ministerio de Defensa y hasta el de Exteriores, son identificados por la opinión pública mundial con la sangrante y escarlata palabra “guerra”. La edificación del Ministerio de la Verdad también ha fracasado. Bien por escrúpulos morales, bien por imposibilidad práctica, no todas las noticias, espectáculos, educación y bellas artes están controladas por el Gobierno. Con una o dos patas no se sostienen las mesas de la mentira. El mundo de Orwell queda lejos; el pueblo pudo hablar y habló, Aznar pudo escucharle y... Quizá el eco resuene en su conciencia.