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UNIÓN EUROPEA

Doce países del UE se comprometen a un control fiscal de los ahorros

Por Ana Romero Vicente Tiempo de lectura2 min
Economía21-01-2003

Los paraísos fiscales que se han ido creando en Europa son cada vez más difíciles de controlar tras la implantación del euro como moneda única. Son muchas las personas que acuden a estos paraísos, ingresan su dinero, ilegal o negro, y así se evitan abonar ningún tipo de impuesto, bien por la falta de control del país receptor, bien por tener un sistema fiscal liberal (Suiza, por ejemplo).

La Unión Europea lleva luchando diez años contra la evasión de impuestos, es decir, contra el fraude fiscal, que va en detrimento de sus países integrantes porque merma su masa monetaria circulante. En la última cita de los Quince, reunidos la semana pasada, doce países estuvieron de acuerdo en proceder, a partir del 1 de enero del 2004, al denominado "intercambio de información". Se trata de que los bancos de estos países rompan con el secreto bancario e informen acerca de los ahorros, y el rendimiento de éstos, pertenecientes a personas no residentes en su país, a la Hacienda a la que pertenecen (o debieran, la de su país de residencia). De esta forma, esas personas no podrán escapar de pagar los correspondientes impuestos que les corresponde como ciudadanos. Tan sólo Austria, Luxemburgo y Bélgica han preferido no incorporarse a este sistema de intercambio informativo. Sin embargo, no por ello estarán eximidas de responsabilidades, y deberán ir aplicando retenciones a todos los ahorros que haya en las cuentas de sus bancos pertenecientes extranjeros. Esta retención será del 15 por ciento a partir de enero del 2004; se incrementará el gravamen al 20 por ciento en el 2007 y al 35 por ciento en el 2010. Al finalizar la rotatoria, deberá el país que acoja estos ahorros de un no residente del mismo, entregar el 75 por ciento al país de origen y el 25 restante se lo quedará el receptor. El porqué estos tres países se niegan a formar parte de lo establecido por el resto de los países europeos, viene de la mano de Suiza, paraíso fiscal por antonomasia. Este país se niega rotundamente a tener que desvelar sus secretos bancarios sólo con el fin de fiscalizar, es decir, controlar los ahorros. La legislación suiza sólo permite romper el secreto de privacidad ante sospecha de delito penal, pero no se hace si es una "simple" evasión fiscal. Sólo un acuerdo con el Helvético podría hacer que los Quince empezaran juntos una nueva política de legislación para el control de ese dinero, casi siempre sucio, que se escapa de un país para esconderse en otro donde hacerse oro.

Fotografía de Ana Romero Vicente