EL REDCUADRO
El nuevo Cuiña
Por Antonio Burgos3 min
Opinión26-01-2003
Lo del PP es igual que lo de la abuela y la bicicleta. Si mi abuela tuviera dos ruedas y un manillar no sería mi abuela, sino una bicicleta. Si el PP supiera vender lo que hace, no sería el PP, sino el PSOE. Son las contradicciones del sistema. El partido que aparentemente más cree en la sociedad de mercado y en la libertad de comercio es quien menos domina las técnicas de márquetin. Por el contrario, el partido estatalista, partidario de la economía intervenida, se las pinta solo para anunciar que ya es primavera en el PSOE en cuanto Zapatero remonta y levanta el vuelo en las encuestas. Fraga ha colocado (o le han colocado a Fraga) en el sitio de Cuiña a un chico del PP de los de "nene, tú vales mucho", y nadie se ha enterado. El PP tiene en sus filas a un montón de chicos que valen mucho, pero no lo sabemos. Los deben de tener como los pasteles de nata en las dulcerías antiguas durante el verano: dentro, por el calor. Los que están en esas claves que sólo conocen ellos con ellos elogiaban muchísimo a Alberto Núñez Feijoo, que me pareció un gallego espléndido, tipo Paco Vázquez, pero del PP, cuando como presidente de Correos dedicó un sello a Curro Romero y lo presentó en el Alcázar de Sevilla. Supe entonces que este orensano, más que de sellos y de carteros, de lo que entendía tela del telón era de Sanidad. Que lo habían placeado sin caballos como secretario general técnico de la Consejería de Sanidad de la Xunta de Galicia y como secretario general del Servicio Gallego de Salud, de donde pasó a debutar en Las Ventas de la política como presidente ejecutivo del Insalud, antes de las transferencias con las que Celia Villalobos se quitó el mochuelo de encima: cuando el Insalud y la Seguridad Social eran un agujero presupuestario de tal naturaleza que su lado el de ozono era un rotito de nada. Tras poner de dulce el Insalud, a Núñez Feijoo lo estampillaron, y nunca mejor dicho, de director general de Correos. Y como lo suyo es organizar lo que está manga por hombro, de momento convirtió a Correos en empresa pública: Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, S.A. Consiguió algo tan rarito como que funcionara, Virgen de Fátima, por lo menos como Seur, MRW o DHL. Las cartas empezaron a llegar como por ahí, y en las últimas Pascuas hicimos la prueba del nueve de que no recibíamos las tarjetas de Navidad por San Antón, como antes. ¿Pero a que no se han enterado de que el nuevo Cuiña ha puesto Correos así de bien? Anda que si hubiera sido el PSOE, hubiéramos tenido Correos hasta en la sopa. Y tan en secreto lo hacen todo, que Núñez Feijoo se ha ido al otro mundo gallego de la política con el secreto mejor guardado: por qué en esta España del 4 por ciento de inflación interanual, Correos ha subido los sellos más normales de 25 céntimos de euro en esa ridiculez de 1 céntimo. Si Feijoo lo ha hecho antes de irse, por algo será. Pero para lo bueno y para lo malo, ya lo saben: estos chicos del PP van siempre de Belinda.
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Antonio Burgos
Columnista del diario ABC
Andaluz, sevillano y del Betis
** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor