ANÁLISIS DE LA SEMANA
En la barca de Noé...
Por Amalia Casado2 min
España09-12-2002
Hay un juego de niños, una de esas canciones que se cantan en corro mientas se baten las manos como si se tuviera frío, que decía: “en el barco de Noé, caben todos, caben todos. En el barco de Noé, caben todos menos usted”. Y justo, al terminar la canción, cada uno extendía el dedo índice hacia alguien. El que más dedos tenía apuntando hacia él, se quedaba fuera del corro. Esta semana, procedente de Senegal y con destino a Grecia, un barco carguero hacía escala en Gran Canaria. Descargó allí a más de 200 inmigrantes, que emprendieron rumbo al centro de la ciudad. El carguero se llamaba “Noé”, y está claro que transportaba una carga superior a la debida. Entre barcos anda el juego estas semanas, y después del desastre del Prestige, Aznar y Zapatero no han dado señales de querer entablar verdadero diálogo desinteresado en beneficio exclusivo del bien común. Cada cuál despliega sus armas con la sola intención de sacar rédito electoral, aunque claro está que al Ejecutivo le corresponde la misión de solucionar el problema, y finalmente ha cedido a las ofertas que la sociedad civil hacía poniendo disposición del Gobierno barcos, voluntarios y, sobre todo, trabajo. Si uno fuera Noé y pudiera decidir a quién salva del diluvio, seguramente contaría con todas esas personas que generosamente se han puesto al servicio de la limpieza de las playas. Qué salvarían en una barca de Noé los líderes de los partidos españoles sería un bonito ejercicio de prioridades. Sobre qué bandera izar, si la española o la europea, habría conflicto. Seguramente habría más acuerdo respecto a que la bandera azul con doce estrellas amarillas ondeara en el barco que respecto a la idoneidad de que fuera la española. Quizás no sería tan interesante el debate como el que suscitaría la posibilidad de dejar en tierra a Xavier Arzalluz. ¿Quién lo señalaría con el dedo en la cancioncilla “En el barco de Noé caben todos menos usted”? Anunciada su retirada, quizás pocos se vieran obligados a salvarlo. En lo que puede convertirse un juego aparentemente inocente...
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Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo