ARGENTINA
La primera semana sin ¬corralito¬ transcurre con calma y sin retiradas masivas
Por Gema Diego2 min
Economía08-12-2002
Un año después de su imposición, el corralito ha desaparecido casi sin dejar rastro. No así los problemas de Argentina, muchos de los cuales se vienen arrastrando desde noviembre del 2001. En el país andino aún queda el corralón, el hambre, la pobreza y la inestabilidad social.
Un día antes de su primer cumpleaños, el Gobierno argentino levantó el corralito, con lo que los depósitos de los ahorradores quedaron desbloqueados. Unos 5.800 millones de euros salieron del yugo bancario y volvieron a ofrecerse sin restricciones a sus dueños. En contra de las previsiones, los argentinos no han acudido en masa a recuperar su dinero. Tan sólo han retirado pequeñas cantidades para el uso cotidiano, con lo que la mayor parte de sus ahorros continúa reservado en las cuentas corrientes para hacer frente a impuestos, facturas y pagos con tarjeta. La inseguridad ciudadana y la estabilidad del precio del dólar, que no tiene tendencia a subir y se sitúa en torno a los 3,50 pesos, ha inclinado a los argentinos a mantener sus ahorros en el banco. El Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha mostrado satisfecho con el comportamiento de los ahorradores. Pero, en medio de esta tranquilidad, aún quedan dos cuestiones por resolver: la dimisión del presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, y la pervivencia del corralón. Pignanelli renunció a su cargo el jueves de la semana pasada, pero el ministro de Economía, Roberto Lavagna, no ha aceptado su retirada. La cuestión sigue en suspenso hasta que el presidente, Eduardo Duhalde, hable con Pignanelli. Entre tanto, el corralón (bloqueo de los bonos y letras canjeados en dólares) sigue reteniendo más de tres mil millones de euros, el dinero de casi medio millón de personas. Levantar el corralón es mucho más difícil que suprimir el corralito, puesto que, ahora, los dólares se han apreciado con respecto al momento del canje, de modo que el Gobierno ha de hacer frente a una deuda muy superior.