El Gobierno confirma que sigue manando fuel en estado semisólido
Por Miguel G. Sesé
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Sociedad07-12-2002
La situación provocada por el vertido del Prestige parece enderezarse, aunque aún es pronto para cantar victoria, pues el buque sigue perdiendo fuel, aunque es en pocas cantidades. Miles de voluntarios forman una marea humana limpiando las costas y las manchas aparecidas son paulatinamente más pequeñas.
La solidaridad de los españoles se ha hecho patente en las costas gallegas durante el puente de la Constitución. Son miles los voluntarios que se afanan sobre las costas en las labores de limpieza del fuel emanado desde el Prestige, dando una lección a la clase política española. La situación poco a poco va siendo controlada. La coordinación en la costa crece, mientras que el tamaño de las manchas va descendiendo paulatinamente. Asimismo, la dirección del viento ha cambiado, por lo que se prevé que lleguen pocas manchas a las costas. Sin embargo, del barco siguen saliendo chorros de petroleo que, según palabras del ministro del interior, Mariano Rajoy "parecen plastilina", ya que están en estado semisólido y crean un fuerte contraste con la liquidez del agua. Se calcula que son cerca de trescientos litros diarios los que vierte al mar el Prestige, por lo que, de momento, hay que seguir batallando para ganarle la partida a una crisis que va a alargarse en el tiempo por su duración y, sobre todo, por la gravedad de sus consecuencias. El Ejército también va a ponerlo todo de su parte. Quince aviones peinarán el mar para localizar con exactitud las manchas del vertido. En tierra serán mil quinientos los militares encargados de abastecer en todo lo que necesiten a los voluntarios desplazados a la zona, y también para proporcionar medios y efectivos humanos en las labores de limpieza. Por otra parte, los constantes cambios en la dirección del viento ha llevado pequeñas manchas a otras comunidades españolas, como Cantabria, Asturias y el País Vasco, aunque en mucha menos proporción que las halladas en Galicia. También Portugal se prepara ante la posibilidad de que el vertido llegue a sus costas.