Sadam Husein pide perdón por la invasión de Kuwait
Por Txema García1 min
Internacional07-12-2002
“Pedimos perdón ante Dios por toda acción que le haya podido disgustar. Si, en el pasado, hemos llevado a cabo una acción de este tipo de la que hemos sido responsables, nos excusamos ante vosotros”. Con estas palabras el presidente iraquí, Sadam Husein, pedía el pasado sábado perdón a los kuwaitíes, por primera vez, por la invasión de su país. El mandatario iraquí aseguró que ésta no habría ocurrido si Estados Unidos no hubiera estado en ese país preparando la invasión de Irak.
En una declaración escrita y leída ante las cámaras de televisión por el ministro de Información, Mohamed Said al Sahhaf, el dictador señaló a los kuwaitíes que Estados Unidos se encuentra en su territorio para “robar vuestras riquezas, convertiros en esclavos y sustituir a vuestros líderes por sucursales de las empresas de petróleo estadounidenses”, por lo que les instó a preguntarse por qué siguen en su territorio los soldados estadounidenses 12 años después de que finalizase la guerra. “Si fueran honestos respecto al motivo que les lleva a seguir allí, entonces habrían abandonado Kuwait una vez que terminó la ocupación. Pero han seguido abriendo bases en los países vecinos, para cumplir sus ambiciones de ocupar Kuwait e Irak”, manifestó Husein, para quien americanos y británicos “han utilizado las bases en Kuwait para atacar Irak y a los iraquíes durante los últimos 12 años, matando a mucha gente y destruyendo sus propiedades”. Por su parte, el ministro kuwaití de Información, el jeque Ahmad al-Fahd al-Sabá, rechazó las disculpas presentadas por el presidente iraquí Sadam Husein por la invasión y le acusó de querer provocar “una ruptura entre el pueblo kuwaití y sus dirigentes”. “El mensaje de Sadam Husein es un intento claro de crear una ruptura entre el pueblo kuwaití y sus dirigentes, que están unidos”, declaró Ahmad a la agencia oficial KUNA. El Ejército iraquí invadió Kuwait el 2 de agosto de 1990 y ocupó aquel territorio durante siete meses antes de ser expulsado a finales de febrero de 1991 por una coalición internacional liderada por Estados Unidos. Desde la invasión, Irak es objeto de un embargo impuesto por la ONU.