EL REDCUADRO
Chapoteando chapapotes
Por Antonio Burgos
2 min
Opinión02-12-2002
La negra marea del "Prestige" ha llegado a todas partes, hasta al interrumpido concierto (de escopetas) de Aranjuez. Y ha llegado al lenguaje. En la descripción de la catástrofe leo en La Voz de Galicia una ídem, una voz del habla gallega, que es una maravilla expresiva: "chapapote". El DRAE dice que "chapapote" es voz nahua o caribe, novohispana, vamos, y que es un asfalto más o menos espeso que se halla en Méjico y en las Antillas, pero que en Galicia la palabra designa al alquitrán. "Chapapote" se ha vuelto en estos días dramática onomatopeya. Las onomatopeyas son palabras que parecen partituras de la música de la realidad, fotografías fonéticas. Dices "chapapote" y es que lo estás viendo: las playas empapochadas, los mariscadores chapoteando en los charcos de petróleo. Pero hay muchos chapapotes. El chapapote gallego ha coincidido con el habitual chapapote mejicano de esos progres a los que nunca les expira la fecha de caducidad en el código de barras. En este tiempo de revisión de mitos tenemos que soportar la estafa de siniestros personajes internacionales como Pérez Esquivel, Rigoberta Menchú, Hebe de Bonafini o el Comandante Marcos. Marcos vive del chapapote de los progres de cinco estrellas que se dedican a ir a Chiapas en gran clase para solidarizarse con el movimiento zapatista. Marcos, con el aplauso del Gara y del equipo habitual de profesionales del progresismo, ha puesto como no quieran dueñas al Rey, a Aznar, a González y a Garzón, y ha hecho una apasionada defensa de la ETA de este tenor: "El juez Garzón es un instrumento del terrorismo de Estado contra vascos". Muestra vocación fascista al reprimir una lucha legítima. Sí, el clown Garzón ha declarado ilegal la lucha política del País Vasco". Y todo esto le ha parecido estupendamente a los habituales progres que van a Chiapas en gran clase a solidarizarse con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (toma ya). Y al frente de ellos, el inevitable Saramago. Lo digo para que empecemos a saber con quién nos jugamos los cuartos que tan generosamente le solemos pagar con dinero público para sus apariciones estelares. El portugués es íntimo de este chufla con pasamontañas. Bien claro lo pone en su carta de "Jornada": "No le digas a nadie que vamos a invadir la península ibérica (previo paso por Lanzarote, donde nos echaremos un cafecito con el Saramago y la Pilar) porque ya sabes como es la Monarquía...". Viendo que muchos de estos palmeros de los etarras tienen el Nobel (Pérez Esquivel, Rigoberta Menchú, Saramago), pienso que pedir el de la Paz para Garzón y meterlo en ese chapapote hasta puede que sea un deshonor.
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Antonio Burgos
Columnista del diario ABC
Andaluz, sevillano y del Betis
** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor