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IRAK

Sadam acepta la resolución de la ONU para el regreso de los inspectores

Fotografía

Por Vicente García GandíaTiempo de lectura2 min
Internacional14-11-2002

Sadam dio luz verde al regreso de los inspectores, en las condiciones que establece la resolución 1.441 de Naciones Unidas, consciente de que tenía el poder para hacerlo.

A pesar de que desde el Parlamento se había rechazado por unanimidad el texto (según el presidente de la Cámara, Saadún Hammadi, estaba "lleno de mentiras y puntos oscuros" y era tan sólo un "pretexto" para la guerra"), en Irak las cosas funcionan de otra manera y allí este órgano de Gobierno tiene un carácter consultivo, nunca legislativo. Con esta maniobra, los representantes del pueblo iraquí no querían dejar escapar la posibilidad de que se les escuchase, sabedores ya que lo más probable era que Sadam, con el poder que le confiere la Presidencia del Consejo del Mando de la Revolución y presionado por la Liga Árabe, aceptase la vuelta de los inspectores a Bagdad. Lo hacía, según se afirmaba desde la televisión pública estatal, para "evitar que los injustos dañen al pueblo". En una carta enviada desde Bagdad al secretario general de la ONU, Kofi Annan, se aseguraba: "Estamos preparados para recibir a los inspectores, de forma que puedan llevar a cabo sus tareas y asegurarse de que Irak no ha desarrollado armas de destrucción masiva durante su ausencia". A continuación se podía leer: "Al tratar con los inspectores, el Gobierno de Irak también tendrá presente su conducta, las intenciones de quienes entre ellos están mal intencionados y si abordan su trabajo sin respeto hacia la dignidad nacional, la independencia y la seguridad de nuestro pueblo". Lo más importante que se advertía en la misiva de nueve folios era, sin duda, que "los iraquíes no elegirán vivir al precio de su dignidad, y antes preferirán entregar sus vidas si es la única forma de salvaguardar lo que deben salvaguardar". Obtenido el permiso, todo quedaba resuelto. Pero desde EE.UU. se amenazaba con "tolerancia cero", con utilizar todo su poderío militar en caso de que hubiese algún problema y con que no se aceptarían más retrasos de ningún tipo durante los trabajos de los inspectores. En cualquier caso, la realidad es que la ONU ha tardado ocho semanas en dar respuesta a la petición de Bush a Naciones Unidas para dar un ultimátum a Irak Sadam hizo oficial su aceptación al mandato dos días antes de que terminara el plazo que tenía para hacerlo (el viernes pasado) y a partir del lunes llegan los primeros equipos en busca de armas de destrucción masiva. De momento, Hans Blix, el jefe de la misión, ponía en tela de juicio al Ejecutivo estadounidense al reconocer que "no hay pruebas" concretas de nada.

Fotografía de Vicente García Gandía