CRÓNICAS DEL ESPACIO INTERIOR
"Club de cristianos"
Por Álvaro Abellán2 min
Opinión11-11-2002
La victoria del partido islamista en las elecciones e Turquía, país candidato a entrar el la UE, han desatado una lluvia de declaraciones contrapuestas en el seno de la Unión. Curiosamente, la más reprochada ha sido la del presidente de la Comisión Europea, Valéry Giscard: “Si Turquía entra, será el final de la UE”. Personalmente, me llamó más la atención la de nuestra ministra de Exteriores, Ana de Palacio: “Europa no es un club de cristianos”. La afirmación de Giscard, “si Turquía entra, será el final de la UE”, hay que entenderla en su contexto: la evolución política de este país gira hacia un radicalismo -es cierto que aún moderado- muy peligroso y contrario a los principios políticos y morales de la Unión Europea. En ese sentido, la afirmación del presidente de la Comisión Europea debe entenderse como una advertencia a los indocumentados europeos que andan despreocupados y al nuevo gobierno turco. Si este giro político turco no es tal o realmente no resulta contrario al espíritu de la Unión es algo que está por ver y Giscard, imagino, pensó: “Más vale prevenir que curar”. Por otra parte, la entrada en la UE de Turquía por sus condiciones y circunstancias causaría no pocas modificaciones en el corazón de la Unión, y no precisamente modificaciones accidentales o menores. En cualquier caso, esta afirmación merece un análisis riguroso y complejo, que no cabría en estas líneas, y no una desautorización sin argumentos. La afirmación de Ana de Palacio para desautorizar a Giscard sí que se desautoriza por sí misma. “Europa no es un club de cristianos”, ha dicho y reafirmado esta buena mujer. Y echando un vistazo a la historia, a toda la historia y a todos los personajes históricos de Europa, le pregunto: señora de Palacio, entonces, Europa, ¿qué es? Otra cosa es que ya no queramos ser cristianos y en eso, en estas líneas, tampoco cabe entrar. Pero si nuestra ministra de Exteriores, con una hermana eurodiputada, se dedica a espetar semejantes afirmaciones, se me ocurre qué puede ser hoy Europa: un grupo de desarraigados que reniega de su historia y olvida su pasado.