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ANÁLISIS DE ESPAÑA

El 155 contra la cultura de la imagen

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura2 min
España23-10-2017

Tenía razón el Gobierno cuando advertía de que aplicar el artículo 155 de la Constitución no sería tan sencillo como apretar un botón. Y la prueba está en que, más allá de su desarrollo y antes incluso de que la medida haya entrado en vigor, ya está generando las primeras grietas en el PSOE. La firmeza de los socialistas en su defensa del Estado de Derecho será clave pues Rajoy ha condicionado cualquier decisión en Cataluña a contar con el apoyo de Sánchez. Todas las medidas que adoptará el Ejecutivo se moverán en el espacio que le deje el PSOE por un lado y Ciudadanos por otro. Es decir, si el PSOE se baja, todo se tambalea. Eso lo saben tanto en el independentismo como en Podemos y tratarán de aprovecharlo.

El soberanismo, con su falsa revolución de las sonrisas, se apoya en una realidad que no es exclusiva de España, sino que se extiende desde hace tiempo por toda la sociedad occidental. Se trata de la cultura de la imagen, que ha cambiado hasta la forma de sentir del individuo, siempre enfocada a que no debe haber dolor. Una multitud cometiendo un acto ilegal, pero con claveles en la mano, se interpreta desde estímulos más positivos que la imagen de unos policías con casco encargados de hacer que se cumpla la Ley. Más allá de la imagen, resulta inútil cualquier reflexión, incluso la verdad. Todo se descontextualiza. Basta ver el vídeo de Help Catalonia que pivota en todo momento sobre el victimismo. Pero si uno cree en la democracia, debe creer también en sus legítimas herramientas para defenderla. Eso va desde cualquier artículo de la Constitución hasta la actuación de las fuerzas de seguridad del Estado pasando por las decisiones de una jueza de la Audiencia Nacional.

La noche del 1-O Sánchez compareció ante los medios para criticar la celebración de la consulta, pero también manifestó su "profundo desacuerdo" con las cargas policiales. El planteamiento no deja de ser una incoherencia que debe servir de aviso para los meses que están por venir: el PSOE está a favor de la legalidad, pero le entran las dudas cuando se trata de aplicarla. Nadie obvia que el independentismo se rebelará contra las directrices que le imponga el Gobierno, incluso contra las decisiones judiciales que vayan surgiendo de forma paralela. Se avecinan manifestaciones, encierros y huelgas, entre otros desafíos. Por ello es de esperar que haya que echar mano de medidas coercitivas para hacer cumplir la legalidad en Cataluña. Todas las que no se han aplicado durante años de avance nacionalista sin oposición. Y ante esta realidad ya no caben complejos.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio