ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Más James Bond y Sherlock Holmes
Por Isaac Á. Calvo3 min
Internacional12-06-2017
Reino Unido necesita más James Bond y Sherlock Holmes. La lástima es que ambos son personajes de ficción, pero, sin embargo, en su aventuras no andan desencaminados de los problemas que afectan actualmente a los británicos.
Bond pertenece al MI6 (el Servicio de Inteligencia Exterior) y lucha contra los peligros que acechan desde el extranjero. Para lograrlo, no duda en utilizar sus muchas habilidades y todo tipo de armamento y artilugios. Ese trabajo, en la vida real, es ahora más necesario que nunca, ya que los terroristas del llamado Estado Islámico (Daesh) controlan territorios en países como Siria e Irak, donde sus miembros también reciben adiestramiento antes de viajar a Europa. Por tanto, la labor del MI6 realizada fuera de las fronteras contribuye a reducir las amenazas que afectan a los ciudadanos británicos.
Holmes, ya en el siglo XIX, resolvía con maestría los crímenes que ocurrían en Londres. Lo hacía con una capacidad de deducción y una celeridad sorprendentes, al mismo tiempo que cuestionaba la capacidad de Scotland Yard en las investigaciones.
Las dudas que expresaba Sherlock Holmes sobre la aptitud de este cuerpo policial londinense (y, por extensión, sobre las autoridades británicas) han vuelto a surgir con fuerza después del atentado en Mánchester y, especialmente, en el último ataque en Londres. En ambos casos, se ha sabido que los terroristas implicados en las matanzas estaban siendo investigados por los servicios de inteligencias. Aun así, no consiguieron darse cuenta de la radicalización de esos individuos ni de sus intenciones.
Además, Scotland Yard ha tenido que afrontar las críticas surgidas por su tardanza en identificar a las personas asesinadas por los terroristas en Londres. En este caso había ocho muertos por atropello o por arma blanca, por lo que el trabajo es, a priori, más sencillo que cuando las defunciones se producen por una explosión.
Se da la circunstancia de que una de las víctimas mortales es el español Ignacio Echeverría, quien, según testigos, fue asesinado cuando socorría a una mujer y se enfrentó a los terroristas. A Echeverría han tardado cuatro días en identificarlo, con el consiguiente desasosiego y pesadumbre para sus allegados. Por si no fuera suficiente, al dolor e incertidumbre se suma la espera, que es todavía más desesperante si se tiene en cuenta que en España este proceso es bastante eficiente.
Muchos españoles tienden a valorar más lo que procede de fuera que lo propio. Sin embargo, España es puntera en numerosos ámbitos y tiene un Estado y unas instituciones que funcionan con eficacia, aunque, como es lógico, existan aspectos que se puedan mejorar. Es mejor no pensar en lo que hubieran publicado los medios británicos si este traumático caso hubiera sido al revés, con un inglés asesinado y con la Policía española tardando cuatro días en ofrecer detalles.
Dice el refrán que "unos tienen la fama y otros cardan la lana". Reino Unido es una potencia histórica, con un pasado relevante y que conserva algunos de los recursos que la hicieron grande, entre ellos el económico y el militar (con arsenal nuclear), pero hay otros en los que no lo demuestra.
Es más que probable que una de las causas del declive británico se deba a sus políticos. Ya David Cameron la lió al proponer, sin ser estrictamente necesario, un referéndum que perdió y que supuso iniciar el procedimiento de salida de Reino Unido de la Unión Europea, su renuncia como primer ministro y la consiguiente llegada al poder de Theresa May.
May también se ha equivocado. Tenía dos años más de mandato, pero, por su afán de legitimarse en el cargo, convocó elecciones anticipadas y ha perdido la mayoría absoluta que heredó de Cameron. Ahora, debe buscar un socio de gobierno y tiene una oposición reforzada. Es todo un contratiempo, ya que Reino Unido necesita ser fuerte para defender sus intereses en la negociación del Brexit y, aún más importante, para luchar contra la grave amenaza terrorista que sufre.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD