ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Más conectados, más expuestos
Por Isaac Á. Calvo2 min
Internacional15-05-2017
El ser humano cada vez vive más conectado. Está rodeado de aparatos que usan Internet para facilitar la vida de los usuarios... y los que faltan por llegar, pero la tendencia es evidente.
Es muy cómodo tener acceso a la Red constantemente y en, prácticamente, cualquier lugar, hacer gestiones sin desplazamientos, disponer de información de todo tipo, recibir alertas, recomendaciones y sugerencias basadas en hábitos de uso y consumo, subir a la nube documentos, fotos y vídeos...
Sin embargo, estas ventajas que parecen la panacea también tienen sus riesgos, especialmente cuando se refieren a privacidad y seguridad. En el primero de los ámbitos, las empresas que ofrecen los servicios (muchos de ellos gratuitos) hacen inversiones millonarias y quieren obtener beneficios. El usuario no paga por recibirlos, pero se ha convertido en el producto y se ha expuesto totalmente a cambio de comodidad.
En el segundo, en el de la seguridad, las grandes compañías manejan cantidades ingentes de información de cientos de millones de personas. La obtienen y crean patrones gracias a la huella digital que dejan los usuarios al utilizar aplicaciones y redes sociales, al navegar por Internet... Además, sus servidores albergan archivos personales que, en teoría, son privados y seguros.
Como sucede en otros ámbitos, los amigos de lo ajeno han encontrado un filón en Internet y, a través de brechas en la seguridad o mediante la llamada ingeniería social, buscan cómo acceder a la información para obtener beneficio económico y causar estragos.
Cualquiera puede ser víctima de un ciberataque, aunque, evidentemente, hay más posibilidades de sufrirlo a medida que crece la importancia de los archivos que se almacenan y de la información sensible que se guarda. Este aspecto no se refiere solo a las grandes corporaciones, sino también a los estados.
El reciente ataque a empresas (entre ellas Telefónica) y organismos ha tenido repercusión mundial. Además, en los últimos meses han crecido las sospechas de la injerencia cibernética rusa en las elecciones de Estados Unidos, y en los comicios en Holanda se restringió el voto electrónico ante el temor de que este pudiera ser manipulado.
Estos casos tienen que hacer reflexionar sobre la importancia que hay que dar a la ciberseguridad, cada cual en el ámbito de sus competencias y de las responsabilidades que tiene. Para los usuarios particulares, puede ser suficiente utilizar el sentido común y un antivirus actualizado. Sin embargo, las multinacionales y los gobiernos han de estar preparados. Por ello, deben dedicar grandes esfuerzos a protegerse y a saber defenderse ante las amenazas y los ataques que reciban, que serán más frecuentes y virulentos.
La tecnología e Internet están creando una nueva dimensión, con más ventajas que inconvenientes, pero estos últimos pueden acarrear graves consecuencias, incluso globales. Es imposible garantizar la seguridad total, ni aun contando con la mejor protección. Por eso, no hay que obsesionarse, pero sí ser conscientes de los riesgos que existen, ser precavidos y estar preparados para minimizar los daños de los ataques.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD