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EL REDCUADRO

¬Statu quo¬, canción del verano

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura2 min
Opinión29-07-2002

La canción del verano no es Aserejé: es statu quo. No he visto más statu quo que en estos días. El de Perejil es lo de menos. Cuando Ana de Palacio llegó al Congreso a informar cómo nos habíamos puesto a las órdenes del señorito Colin Powell, esta segunda edición de Celia Villalobos rebuscaba dentro de su cartera ministerial. Estaba buscando el statu quo para enseñárselo a los periodistas. Pero como no lo encontró, tuvo que conformarse con mostrarles el teléfono móvil sin manos, que sabe manejar con tan poca destreza como el statu quo. Méndez y Fidalgo se reúnen con Arenas y proclaman que quieren devolver el diálogo social al statu quo anterior al decretazo. Zaplana, a su vez, ha devuelto al Ministerio de Trabajo al statu quo de sonrisa de oreja a oreja que tenía con Arenas. En Telefónica, llega el comandante Alierta y manda parar las inversiones en tercera generación de telefonía móvil, y decide que todo vuelva al statu quo anterior a las locuras de Villalonga. Como el statu quo se ha puesto de moda, me temo lo peor. Las madres, en la playa, gritarán a los niños: - ¡ Vanesa, salte del agua y vente al statu quo de la sombrilla, que se te va a cortar la digestión! Los que lleguen al hotel con el bono de siete días, cuando suban al cuarto y comprueben que no tiene vistas al mar, sino que mira hacia Albacete, bajarán a recepción a montar el pollo: - ¡Yo quiero volver al statu quo de la habitación con vistas al mar que me enseñaron en el folleto de la agencia! En el restaurante de la banda de la playa, los comensales devolverán indignados los platos de gambas: - ¡Camarero, estas gambas perdieron el statu quo de frescas hace una semana! Espero que la moda permanezca y dure hasta que se complete la reforma de la enseñanza. Espero que la moda del statu quo llegue a los futuros planes de estudio de las lenguas clásicas. A la vista de la utilidad del statu quo en todos los ámbitos de la nación, espero que el Latín sea devuelto al statu quo que tenía en los antiguos bachilleratos. Que statu quo sea la canción del verano tiene de bueno que demuestra la utilidad del Latín. Contra lo que se dice, el Latín es utilísimo en nuestros días. A España, de momento, le ha servido para perder la dignidad nacional en Perejil con mucho sustrato clásico. Diciéndolo en Latín se nota menos que te has bajado los pantalones y que los de la chilaba te han puesto mirando para la Meca.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor