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MARRUECOS

Los embajadores marroquí y español volverán a sus embajadas

Por La SemanaTiempo de lectura2 min
España25-07-2002

España y Maruecos se comprometieron a no hacer declaraciones durante los tres días posteriores al encuentro entre sus ministros de Exteriores. Maruecos, concretamente, aceptó no seguir adelante con la operación de divulgación en toda Europa de su opinión sobre Perejil y otros territorios del norte de África.

Rabat fue el lugar de encuentro. A recibir a Ana Palacio en el aeropuerto no acudió Benaissa, sino su jefe de protocolo, detalle que podría entenderse como un agravio comparativo pues, a pesar de que era, como dijo la ministra dos días después en el congreso de los Diputados, “perfectamente correcto protocolariamente”, era el cargo de menor rango que ha acudido a recibir a un representante extranjero en una visita oficial. Ana Palacio tenía las consignas claras: sólo se hablaría de Perejil. El asunto era complicado, en cualquier caso, y prueba de ello es que un comunicado tan breve llevó en ser dado a luz más de cuatro horas, que incluyeron almuerzo al final. El texto no menciona que el acuerdo implique una vuelta al statu quo, como pretendía España, remite al comunicado de Colin Powell del pasado 20 de julio, pero deja claro que las partes no renuncian a sus pretensiones sobre el islote, que quieren iniciar una etapa de diálogo y que tal intención se concreta en el encuentro de septiembre en Madrid. Sobre los temas a tratar en la próxima cita habló Ana Palacio, cuando dio cuentas de su misión en Rabat en el Congreso de los Diputados, el miércoles: “Si todo va bien, como todos deseamos” el encuentro tendrá en una agenda “compartida el regreso de los respectivos embajadores, el tratamiento de cuestiones complejas, como la emigración ilegal o la lucha contra el tráfico de drogas”. La oposición quería medir las consecuencias futuras del conflicto sobre Perejil: si Estados Unidos será, en adelante, intermediario en futuros posibles conflictos con Marruecos, y si, después de sellar el acuerdo con Marruecos, el Gobierno va a renunciar a su posición sobre el futuro de Sáhara para acomodarse a las pretensiones de Marruecos. La ministra despejó las dudas: España aceptó a Estados Unidos porque Maruecos lo pidió. Y, sobre el Sáhara, que, de momento, el Gobierno seguía pensando lo mismo. A este respecto, y con la visita de Benaissa en perspectiva, es posible que el Consejo de Seguridad de la ONU retrase hasta otoño la reunión prevista para el 31 de julio en que tenía previsto tomar una decisión seria sobre el Sáhara Occidental. Ana Palacio alabó en su comparecencia las reformas emprendidas por el rey marroquí Mohamed VI de modernización del país, de fortalecimiento institucional, de consolidación democrática y de profundización de relaciones con sus vecinos del Magreb, y aseguraba que lo importante era ahora volver a establecer las relaciones con Marruecos comenzando por restaurar los cauces adecuados, que son las respectivas vueltas de los embajadores en septiembre.

Fotografía de La Semana