ANÁLISIS DE ESPAÑA
Bolinaga, agur ohorerik gabe
Por Alejandro Requeijo
3 min
España19-01-2015
Toda Europa se manifestó en las calles masivamente hace días en contra del terrorismo tras los atentados de París. Toda Europa menos una ciudad, Bilbao. Allí lo hicieron a favor del terrorismo. Decenas de miles de personas salieron a la calle para mostrar su apoyo a los presos de ETA. Ellos lo llaman presos vascos, pero en realidad se refieren sólo a 460 presos vascos muy concretos. Los que cumplen condena por haber asesinado siguiendo una estrategia. Por haber matado a militares, policías, guardias civiles y políticos. También a mujeres, niños, trabajadores que un día se toparon con la mala suerte. A los causantes de tanta muerte y tanto sufrimiento homenajearon hace días en las calles de Bilbao. Y a quienes cumplen por haber colaborado con esos asesinatos, ya sea en la calle con un cóctel molotov o haciendo política al servicio de esa estrategia.
Luego, en esa misma ciudad, se guardó un minuto de silencio en el estadio de San Mamés por los asesinados en el ataque contra Charlie Hebdo. El mismo estadio en el que nunca jamás se guardó un minuto de silencio por los asesinados antes citados. No había que mezclar fútbol con política, decían. La única vez que se intentó, tras el asesinato de Isaias Carrasco, se tuvo que suspender a los ocho segundos por la sonora pitada. Pero con los muertos de Charlie Hebdo sí. Siempre es más fácil ponerse digno cuando el enemigo es lejano y difuso que cuando lo tienes en el portal de al lado. Los asesinados de Charlie Hebdo eran tan seres humanos como los 850 asesinados por ETA. Eran tan franceses como Jean Serge Nerin, la última víctima mortal de ETA. Su uso de la libertad de expresión molestaba tanto a sus verdugos como a ETA la que ejercitaban los periodistas José María Portell o López de la Calle cuando fueron asesinados. Precisamente por eso, por querer ser libres. Por escribir lo que pensaban.
Ahora son los homenajes para Bolinaga. El etarra que con sangre fría dijo durante horas a la Guardia Civil que no sabía dónde estaba Ortega Lara. Lo tenía escondido dos metros bajo tierra. Estaba dispuesto a dejarle morir ahí como a un perro tras 532 días de secuestro. Y nunca se arrepintió. Ni de eso ni de los tres guardias civiles a los que había matado antes. En primera línea de los homenajes, los dirigentes de la izquierda abertzale. Por si alguien tenía alguna duda de lo que son, independientemente de lo que digan los estatutos con los que pasaron el corte del Constitucional sin condenar nunca su pasado. Ese que ahora homenajean en torno al ataúd de Bolinaga. Hay que estar muy enfermo para ver a esa ruina moral como un héroe y no como un vil asesino. Adios sin honor, agur ohorerik gabe. A causa de su enfermedad pasó dos años en casa. Por la benevolencia de un Estado de Derecho que él y los suyos quisieron destruir. No somos como ellos. También hubo manifestaciones de apoyo a los abogados detenidos recientemente. Ya da igual que los detenidos ocultasen a Hacienda 1,3 millones. Dinero de todos. La corrupción es menos cuando la hacen los suyos. Y prietas las filas.
Ahora que ETA ya no preocupa porque ha sido derrotada y ya no mata, ahora que las conciencias y las memorias se relajan, ahora que lo que asusta es el terrorismo yihadista, la crisis económica, quedarse en paro... en el País Vasco y Navarra sigue habiendo un sector de gente que se aprovecha del comprensible deseo de pasar página de una mayoría silenciosa. Se aprovecha ocupando los espacios y los discursos públicos para legitimar todo este pasado. Quizá no habrá artículos en el Código Penal para perseguir la bajeza moral de quien sale de su casa para homenajear a una piltrafa como Bolinaga. Quizá sólo quede él recurso de la memoria, a quien la tenga o la quiera tener. Para recordar que en el País Vasco hubo charlies, gente que se dejó la vida por la libertad y que hubo otra gente, demasiada, que cuando les mataban a un vecino simplemente miraban para otro lado y seguían la partida.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio