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EL REDCUADRO

No Podemos

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura3 min
Opinión01-06-2014

Tras el artículo "Podemos" del otro día me animan algunos lectores a que haga hoy su dual y barroco contrario, el "No Podemos". Pues venga de frente, ¿será por complacer a los lectores? No Podemos creer que un millón de votos desestabilicen el sistema. Mientras sean un millón de votos. Lo malo es que como poder, pueden llegar a bastante más que un millón de votos. No Podemos echar en falta en el programa electoral de Podemos la petición de dos huevos duros del camarote famoso de los Hermanos Marx, que es el verdadero marxismo de los seguidores del Tío de la Coleta. No Podemos dejar de pensar que esto del Podemos es una copia mala del "Puedo prometer y prometo" que Fernando Ónega le escribió a Adolfo Suárez. (Por cierto, Fernando: ¿te pagaron derechos de autor por aquello? ¿Lo registraste en la Sociedad de Autores, vulgo SGAE? Es que eso lo llega a coger en su momento Teddy Bautista y sus inspectores de bodas y bautizos y te hace tan rico como él.) No Podemos estar ni un minuto más con la creencia de que todo esto que le ha pasado le ocurre al PP porque está en manos de Arriola, que ese sí que no pierde ni un solo voto en ninguna elección y no por eso deja de cobrar la manteca de la tela marinera del telón de la función. No Podemos aceptar esto que por lo visto los que están en el Gobierno creen lo más normal del mundo: que la forma más efectiva de ejercer la mayoría absoluta que le dieron los esperanzados y confiados españoles que los votaron es ponerse de perfil, tratar de confundirse con el paisaje, pedir perdón y no pisar callo alguno, en la falsa creencia de que así van a tener la complacencia de los que no los eligieron. ¡Antier! No Podemos ni concebir que sea el que gobierna ese partido al que le arrean tantísima leña y estopa desde los medios públicos como Televisión Española o Radio Nacional de España, donde por el contrario les colocan los mejores paños al púlpito de los que ponen al PP como los mismísimos trapos o como no quieran dueñas, según se tercie. Podemos ni imaginar lo que a un Gobierno fuerte y con mayoría absoluta le hubiera durado en cualquier otro lugar del globo terráqueo la sedición separatista de una parte de la nación. No Podemos calcular el daño que ha hecho a la propia idea de nación el haber entregado claudicantemente la Enseñanza a las autonomías, fuesen leales o no lo fueren. Qué cara se ha pagado aquella alegría en las transferencias... No Podemos contabilizar las puñaladas por metro cuadrado que tiene que estar habiendo ahora mismito en el PSOE para apuntarse urgentemente en socorro de la vencedora Susana Díaz. No Podemos dejar de temblar cuando Cristóbal Montoro anuncia que va a bajar los impuestos. Hasta se cruzan apuestas sobre si subirán más o menos que la última vez que dijo que iban a bajar los impuestos. No Podemos oír nada, del ruido tan grande de las carcajadas generales, cada vez que Rajoy anuncia solemnemente que lo peor de la crisis ya ha pasado. No Podemos llevar la cuenta de los cientos de veces que ha dicho Rajoy que lo peor de la crisis ya ha pasado. No Podemos albergar la menor duda de que es mentira que el pasado domingo celebráramos en España las elecciones europeas. Eso es un embuste muy gordo que algunos se han creído. Celebrar, celebrar, lo que se dice celebrar, lo que aquí celebramos fue las primarias de las municipales, de las autonómicas y de las generales. O la segunda vuelta de las generales que le dieron a Rajoy la inédita mayoría absoluta. No Podemos comprender cómo este desastre que contemplamos quevedescamente al mirar los muros de la Patria mía haya sido consentido y propiciado por un Gobierno con mayoría absoluta, que parece que más que las elecciones generales ganó el primer premio de disfraces para pedir perdón por haberlas ganado.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor