ANÁLISIS DE ESPAÑA
Acostumbrarse a la crisis
Por Alejandro Requeijo2 min
España22-04-2013
Por encima de cualquier objetivo concreto, un presidente del Gobierno siempre debería aspirar a dejar el país en mejores condiciones de las que se lo encontró. Rajoy llegó al poder con el objetivo de sacar a España de la crisis recibiendo una herencia difícil. Pero da la impresión de que el Gobierno ya se conforma con que el país aprenda a convivir con esta crisis que vino para quedarse. La situación es irreversible, independientemente de que algún día mejoren los índices macroeconómicos con los que nos hemos tenido que familiarizar a golpe de disgusto. El paro podrá mejorar algo, algunos se colgarán la medalla, pero nunca volverá a los niveles anteriores a la crisis. Seguirá siendo un problema estructural y España tendrá que aprender a convivir con ello. Ningún Gobierno, sea socialista o popular, volverá ya a la indemnización de 45 días trabajados (el PSOE ya lo bajó a 33). Esta reforma, como muchas otras, se presentó como medida de urgencia ante una situación excepcional. Pero si alguna vez esa situación mejora, estas medidas se mantendrán bajo la amenaza de que si no, volveríamos a la situación excepcional que obligó a adoptarlas. Recortes de no retorno. Miles de jóvenes bien formados seguirán marchándose a demostrar su talento en otros países. Y los que ya se han ido seguramente no volverán, o tardarán mucho en hacerlo. Y España también tendrá que acostumbrarse a tanto talento desperdiciado porque la generación siguiente no tendrá el mismo acceso a la Educación. La crisis real son sus efectos secundarios que se van notando en el día a día. Se nota en que cada vez tarda más en pasar el autobús, en que los precios son más altos y los salarios más bajos, en que un día descubres que han cerrado las urgencias de tu centro de salud o que el cine al que ibas ahora es un restaurante de comida rápida. Tuvo que cerrar ahogado por ese 21 por ciento del IVA. Falta originalidad en los dirigentes para adoptar medidas alternativas a las que dicta Bruselas. Ni siquiera la última propuesta de retirar los billetes de 500 euros de Rubalcaba es original, sino un plagio de lo que ya planteó IU hace años sin que se le tomase demasiado en serio. Como sustituta suena Chacón, la inventora del desahucio express. Suena Patxi López quien gobernó menos de cuatro años en Euskadi y gracias al apoyo incondicional del PP. Suena Madina sin que nunca haya gobernado o propuesto nada que se le recuerde más que repetir consignas de partido, eso sí, con una cara más amable y juvenil. El problema es que España cada vez más se está acostumbrando a todo esto y llegará el día en el que alguien se felicite porque exactamente en eso, en acostumbrase, era en lo que consistía salir de la crisis.
Seguir a @Alex_Requeijo
Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio