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IMPRESIONES

El profesor de Nazaret

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión28-03-2013

“No hay oficio más privilegiado. Despertar en otros seres humanos poderes, sueños que están más allá de los nuestros; inducir en otros el amor por lo que nosotros amamos; hacer de nuestro presente interior el futuro de ellos: ésta es una triple aventura que no se parece a ninguna otra”. Así se refiere George Steiner a la vocación del profesor, del rabino, del rabonim. Habla del humilde profesor de instituto, pero también del universitario y del comentador de las Escrituras. Así era llamado Jesús de Nazaret por los suyos, y de él se ha dicho que es el único Maestro. Estas vacaciones coinciden con la tradicional celebración de La Pasión. Lo que para mucho son los espectáculos y costumbres típicas de este tiempo aún son, para muchos, la expresión sensible de un camino interior tan espiritual como religioso. Un camino interior para el encuentro profundo, radical, con un hombre que se decía Dios. Su oficio fue despertar en nosotros poderes y sueños que están más allá de los nuestros. Inspirar en nosotros el amor por el Padre a quien Él amaba hasta el punto de identificarse con Él. Hizo de su presente interior y de su eternidad nuestro futuro y nuestra Salvación. La Pasión quiere recordarnos que somos incapaces de salvarnos a nosotros mismos. Que somos incapaces de salvar a otros. Que la felicidad no está en nuestra mano, ni en nuestro trabajo, ni en las personas a las que queremos y no sabemos querer, ni en las personas que nos quieren aunque no saben querernos. Que todo eso nos falla, y que todo eso se acaba. Que nosotros nos acabemos antes, o que en la balanza sumemos más momentos hermosos que feos, es poco consuelo. Queremos sólo lo bueno y para siempre. Y aquel maestro de Nazaret nos dice que sí. Que eso es posible. Pero que hay que pasar por esto. Nos propone un escándalo: que de la culpa nazca la Felicidad; de la muerte, la Vida; de la cruz, la Salvación; de lo caduco, la Eternidad. Que en el odio explote el Amor y en la derrota, el Triunfo final. ¿Podrá despertar en nosotros esos poderes, esos sueños?

Fotografía de Álvaro Abellán

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Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach