SIN CONCESIONES
Hora de un cambio generacional
Por Pablo A. Iglesias
3 min
Opinión30-01-2013
Un anuncio de televisión es mucho más que 30 segundos de márketing. Un buen anuncio puede convertirse en el emblema de una generación entera. En 1995 un spot de una marca de coches logró que toda la juventud se identificara con su eslogan: "Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados". Esta frase permitió que Renault vendiera miles de ejemplares de su nuevo modelo Clio. Fue el reflejo de que, quizá por primera vez en la Historia, una nueva generación estaba mejor preparada que sus mayores. Supuso un cambio de mentalidad y un espaldarazo para muchos jóvenes que, como ahora, atravesaban un futuro tenebroso por la elevada tasa de paro y la incertidumbre económica. En aquella generación destacaba por encima de los demás un joven de más de 190 centímetros de estatura. Con apenas 27 años dominaba tres idiomas, estaba licenciado en Derecho, cursó un Máster en Relaciones Internacionales y había cumplido un extenso servicio militar en el Ejército de Tierra, del Aire y la Armada. Así era don Felipe de Borbón, el heredero de la Corona. Si entonces se le consideraba el aspirante al trono más preparado de Europa, ahora se le admira en los cinco continentes por formación, madurez, templanza y responsabilidad. Este miércoles cumple 45 años. Ha alcanzado la edad propicia para el relevo. Pero las circunstancias políticas, económicas y sociales de España lo desaconsejan. El Rey tampoco parece demasiado dispuesto. Entre las paredes de La Zarzuela se comenta que el monarca quiere culminar su mandato, asumir todo el desgaste de estos tiempos tan turbios y dejar en herencia a su hijo un trono limpio y reluciente en prestigio. Valiente, aunque difícil, misión de quien hace apenas ocho meses pidió perdón al pueblo por un loco desliz y prometió con gesto pueril "no volverá a ocurrir". Don Juan Carlos no necesita demostrar nada a nadie después de 38 años de mandato. Su firme apuesta por la democracia, su altruismo en plena Transición, su constante fe en las urnas, sus labores diplomáticas, sus tirones de orejas a la clase política, sus discursos navideños... Su legado es amplio, brillante y completo. Las únicas hojas que le quedan por escribir son las más tristes de su vida. El caso Urdangarín es, junto al orgullo, lo único que posiblemente le retiene en el trono. No hay que olvidar que, con su yerno a la puerta de los tribunales, en la Nochebuena de 2011 reclamó "rigor, seriedad y ejemplaridad" y prometió que cualquier acción censurable sería juzgada "con arreglo a la ley". Esta es, con seguridad, la última lección que el Rey quiere enseñar a España. Sin excepciones. La actual incertidumbre económica, política y social no es el mejor momento para un cambio de monarca. Pero tampoco sería el peor. El Príncipe de Asturias está sobradamente preparado y se encuentra en sus años de plenitud física e intelectual. Una sucesión ordenada serviría de impulso para el país, modernizaría la Corona, devolvería la ilusión a muchos ciudadanos, consolidaría la monarquía en España y otorgaría al país un protagonismo internacional elocuente. Todo gracias a un heredero de la generación JASP que escucha a todos los que recibe, que pregunta con curiosidad en vez de impartir sermones, que promueve la concordia y la convivencia, que da ejemplo desde la humildad y la sencillez que le ha transmitido la reina Sofía, que trabaja con lealtad a su padre y que ha aprendido de los errores que observó en su propia casa. Don Felipe lo tiene todo, salvo la oportunidad que merece hace años. Mantiene el espíritu joven y está sobradamente preparado para asumir la Jefatura del Estado cuando su padre o el destino lo dispongan. Cuando llegue el momento, su coronación será como aquel anuncio del Clio que cambió la mentalidad de una época e insufló ilusiones a una generación que parecía perdida. Será mejor que cualquier operación de márketing. Porque una mayoría social se identificará con él.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito