ANÁLISIS DE SOCIEDAD
Gente fina
Por Almudena Hernández2 min
Sociedad29-01-2013
Resulta que en enero nieva. Y que nieva hasta en Madrid, la capital de España, la capital del mundo y, para algunos, el centro del Universo. Nieva en Madrid en enero, como casi todos los años. Como toda la vida. Y resulta que la nieve es blanca. Y que cae del cielo. Y que a veces se acumula en forma de manto de algún centimetrillo de grosor. Vaya. Qué catástrofe. Y como nieva en la capital y los urbanitas son lo más de lo más ya no existen las noticias que oscurezcan la blancura helada. Ni el mismísimo Obama que acaba de estrenar mandato con la banda sonora de la divina Beyoncé. Que resulta que cantó de mentira y que el Obama no tuvo tanta audiencia como la primera vez que tomó el cargo de presidente de los mismísimos Estados Unidos. Los mitos caen. Tampoco oscurecen el noticioso manto blanco los sobres de serie B de LB. Ni la prima de riesgo y sus parientas las subastas de deudas. Ni la resaca germánica electoral. Ni Mali. Ni Siria. Ni Chávez, ni el dedo de Íker. ¡Pero si nieva en Madrid! En Madrid, cuando nieva, pocos se acuerdan del abuelo de Burgos, el tío de Orense, la prima de Logroño o aquel pasiego con el que el urbanita se hace fotos en las vacaciones de verano. En Madrid no hay leña para la chimenea, ni ristras de chorizo en el desván, ni los vecinos cogen la pala para limpiar la puerta. En Madrid es un fastidio que el autobús salpique a los viandantes cuando atraviesa un charco y cualquier excusa es válida para no ir a trabajar y quedarse con los niños en casa. Cómo pensarán ciertos finos ciudadanos que se cogen los huevos o se ordeñan las vacas en los pueblos del norte ¿con la orden del político de turno para que la tierra se infeste de salmuera? Pues no. La gente se moja. La gente se pringa. Y en invierno nieva. También para la gente fina. En Madrid y en cualquier otra capital de la república independiente de cada casa. Ya sea nieve de verdad, de la de mentira o de la simbólica.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo