ANÁLISIS DE ESPAÑA
Medio año con Rajoy
Por Alejandro Requeijo2 min
España21-05-2012
La excusa de la herencia socialista llega hasta donde llega. Como llegó hasta donde llegó esa costumbre que tenía Zapatero de culpar a la situación financiera internacional de todos los males de la crisis. Como si fuese una nueva plaga bíblica ante la que nada se podía hacer más que aguantar el chaparrón y criticar al PP por no arrimar el hombro. El legado que ha recibido Rajoy es malo. También era cierto que la crisis no era exclusiva de España. Pero de la capacidad de un Gobierno y sus decisiones depende que la luz al final del túnel esté más cerca o más lejos. Zapatero no supo ver venir la crisis. O no quiso. Y cuando reaccionó ya era demasiado tarde. Lo que vino después es de sobra conocido. Ahora manda el PP, que recurre a la herencia que le dejó su antecesor hasta para explicar la manera de elegir al presidente de RTVE. Rajoy dijo que desde el momento en el que fuese elegido presidente la cosa mejoraría, aunque sólo fuese en términos de confianza de los mercados. Pero desde el 20 de noviembre han pasado ya seis meses. Ha hecho casi todo lo que prometió que iba hacer y casi todo lo que prometió que no iba a hacer. Y sin embargo la prima de riesgo ha superado por primera vez los 500 puntos. El paro sigue aumentando. La bolsa se desploma. Hollande, que acaba de llegar, aboga por un rescate de los bancos españoles. Van a venir unos señores de Bruselas para comprobar nuestras cifras porque resulta que Madrid, Castilla y León y la Comunidad Valenciana mintieron con sus datos de déficit. En las tres gobierna el PP desde hace varias legislaturas así que no hay herencia socialista que valga. Casi todas las declaraciones en los últimos días de Guindos y Montoro son para desmentir que España vaya a ser intervenida. Para negar un corralito. Para acallar rumores que nos sitúan fuera del euro. No parecen las declaraciones de un Gobierno que inspire confianza. Seis meses dan para mucho. Pero si estos augurios se cumplen, si al final España es intervenida, seis meses habrán resultado demasiado cortos para Rajoy. Y la culpa será de la incapacidad de Zapatero y también del PP por no haber revertido la caída libre, aunque sea mínimamente. Al final, uno puede tomar medidas más o menos acertadas. Más o menos dolorosas. Lo que no es de recibo es que Rajoy prefiera esconderse sistematicamente en lugar de hablarle a los españoles y explicarles por qué tanto sacrificio. Su último vídeo defendiendo las bondades de Internet es simplemente una broma de mal gusto a la altura de su Ley de Transparencia. Si mañana España fuese intervenida -y asistimos a días decisivos- Rajoy será recordado como aquel presidente que prefería escaparse por el garaje en lugar de dar la cara.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio