ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
El problema es más profundo de lo que parece
Por Isaac Á. Calvo2 min
Internacional23-01-2012
Los problemas en Afganistán son mucho más profundos de lo que parecen. Más de diez años después del inicio de la guerra, se ha avanzado en la reconstrucción y democratización del país. Aun así, el goteo de bajas entre las tropas extranjeras es constante y eleva las cifras hasta niveles que evidencian que algo no marcha bien. Lejos ha quedado la etapa de las operaciones a gran escala y de combates encarnizados. La situación afgana se daba por controlada y los ojos de la comunidad internacional se centraron en Iraq. Sin embargo, el exceso de confianza aliado y la falta de motivación han propiciado un resurgimiento de los talibanes, que están recuperando fuerza e influencia entre la población. A estos hechos hay que sumar, un enemigo más con el que no se contaba: las bajas registradas por el denominado fuego amigo. Estas han aumentado considerablemente durante los últimos meses y deberían preocupar a los altos mandos castrenses. No se trata de muertes producidas al azar por los daños colaterales de un ataque aéreo, sino que son acciones premeditadas llevadas a cabo por soldados o policías afganos. La última tuvo lugar la semana pasada y se cobró la vida de cuatro militares franceses. Estos asesinatos han llevado al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, a suspender temporalmente las misiones conjuntas. El Ejército de Afganistán está en pleno proceso de constitución y de instrucción. Se pretende que vaya cogiendo experiencia para ir asumiendo más funciones y el control del país, algo que es necesario y que, además, facilita la salida de efectivos extranjeros. Sin embargo, esta operación, ardua de por sí, tiene un riesgo añadido: que los propios alumnos se revuelvan contra los maestros y los ataquen. Las autoridades hablan de hechos aislados, pero son cada vez más frecuentes. Estos sucesos crean desconfianza, dificultan todo el proceso y ponen de manifiesto que existe un problema tan arraigado que es capaz de desestabilizar el hipotético bien común.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD