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CRÓNICAS DEL ESPACIO INTERIOR

Que tire la primera piedra

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión24-03-2002

“Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. En la ley, Moisés nos mandó apedrear a estas mujeres”. “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. Ante estas palabras, todos se fueron. Jesús dijo: “Mujer, ¿dónde están todos? ¿Ninguno te condenó?”. “Ninguno, Señor”. “Tampoco yo te condeno, vete y no peques más”. Así relató Juan (8, 1-11), hace 2000 años, el fin de las lapidaciones conforme a una religión que, junto con las culturas griega y romana, es la génesis de Europa. Otras culturas, 2000 años después, no se han enterado. Les costó hacerse a la idea incluso a muchos cristianos, pero ninguno queda hoy que apoye las barbaridades que comenten los islamistas nigerianos con cientos de safiyas. Bueno, quedan algunos cristianos casi igual de brutos en Estados Unidos (pro pena de muerte), pero su corazón está más con la patria que con Dios (en realidad, está con Dios porque “Dios está con nosotros”, Bush Jr. dixit). Pero, por regla general, a ningún país de raíz europea se le ocurre plantear desde la Ley enterrar las piernas a las mujeres adúlteras y apedrearlas hasta matarlas o enterrarlas moribundas, es decir, lapidarlas. La diferencia entre Ley y costumbre, religión y Estado, tampoco cabe en las cabezas del islamismo nigeriano. No debe extrañarnos que las mujeres islámicas se cubran la cabeza en España, o que los padres impidan a sus hijos ir a colegios de otra confesión religiosa. Ningún Lucas les hizo llegar las palabras “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Es verdad que en Europa no predicamos con el ejemplo. Y tenemos, por eso, especial culpa. Aún conociendo la verdad de las cosas -por ejemplo, que las personas tenemos derechos fundamentales-, no somos consecuentes con ella. Ésa es la naturaleza humana: caer. Y no hay solución... salvo levantarnos siempre. Pero nadie necesita decirnos eso, lo sabemos desde hace 2000 años: “Tú, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú, que te glorias de la Ley, por la trasgresión de la Ley deshonras a Dios, porque el nombre de Dios por causa vuestra es blasfemado por los gentiles”. Hoy no juzgaré si hay culturas superiores o inferiores. Pero sueño con que alguien les diga, dos mil años después, ante exactamente la misma realidad, “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.

Fotografía de Álvaro Abellán

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Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach