ANÁLISIS DE ECONOMÍA
Verano complicado
Por Gema Diego
2 min
Economía18-07-0110
Llega el calor y se nos asan las ideas. Hay algunos a los que se les cruzan los cables, como en las noches de luna llena, y alegan enajenación, consumo drogas o idiotez congénita para justificar haberle asestado 20 puñaladas a la compañera sentimental (vaya concepto de compañerismo, ¿no?). A otros, en la época en que la mayoría se relaja, les entra el estrés porque hay menos gente en la empresa a causa de las vacaciones; o porque la carga de trabajo, en vez de descender, aumenta. Pero hay ciertas enfermedades que huelen a chamusquina, como cuando de pequeños poníamos el termómetro en un radiador para simular una fiebre inexistente, o nos quejábamos de dolor de barriga, para librarnos de un día de colegio. El agobio laboral es algo muy serio, pero cuando se produce en masa, si es que no es debido a una presión coyuntural insoportable, suena a conchabamiento. Y eso es lo que sospecha Pepe Blanco de los controladores aéreos: que se han inventado una enfermedad para hacer una huelga encubierta y complicar el verano a miles de viajeros. Amén de complicárselo a sí mismos, porque el Ministerio de Fomento no tiene pinta de perdonar esta actitud tan fácilmente. Escribir recto con renglones torcidos no era el mejor camino para reivindicar mejoras laborales en este caso. Habría sido más directo -y más comprendido desde la calle- solicitar, exigir un informe que demuestre que las condiciones de trabajo están estropeando la salud de los controladores. Después, con él en la mano, convocar una huelga como Dios manda. Y entonces veríamos si Fomento se atrevía a rechazar a cara descubierta estas reivindicaciones. Pero no. En este país lo que nos gusta es la complicación, escaparnos por la puerta de atrás, liar la madeja, y echar balones fuera a ver si cuela, como nos acaban de demostrar también en el Debate sobre el Estado de la Nación. Debe de ser que el sol y el calor de julio nos derriten las conexiones neuronales.
